Por Alejandro Villegas…
La aseveración del ciudadano presidente en el sentido de que el Tren Maya no afectará el medio ambiente, el ecosistema, es endeble. Se trata de un supuesto que bajo las condiciones de política ambiental y preservación del medio ambiente que privan en el país, no se puede sostener.
Sin duda el Tren Maya en operación se traducirá en beneficios para el sureste mexicano, en lo referente a la creación de empleos directos o indirectos, pero si todo fuera tan bueno, no existirían los movimientos de residentes del área que se oponen a su construcción.
Quiera admitirlo o no el ciudadano presidente, el ecosistema de los estados por cuyo territorio transitará el Tren Maya se verá afectado en mayor o menor medida, como consecuencia por supuesto de su operación.
Tan sólo uno de los beneficios que traerá el Tren Maya, a decir del ciudadano presidente, la construcción del aeropuerto de Tulum representa una afectación potencial del medio ambiente y el entorno del sitio en donde se erija.
Para nadie es un secreto que toda obra afecta el medio ambiente, como ha quedado demostrado a lo largo de la historia, pero eso es algo que el ciudadano presidente pretende ignorar y por supuesto mediante la afamada operación saliva trata de convencer a la colectividad de lo contrario.
Veda
El ciudadano presidente señaló que desconocía la veda que se liga al proceso de promoción de la consulta popular a realizarse el 1 de agosto, que obliga al cese de propaganda gubernamental desde el 15 de julio.
Ahora resulta que promovió una consulta sin conocer a fondo su mecanismo y consecuencias.
Sin duda este es uno de los casos en los que, como señaló en una ocasión el ciudadano presidente, hay que buscar en su derredor, al tonto que se lo crea.
