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21 de diciembre de 2024 11:18 am
Las remesas, bendición de Biden

Las remesas, bendición de Biden

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Por Octavio Campos..

México atraviesa por la peor crisis económica desde 1932 -hace exactamente 90 años-, sufre la mayor inflación en 21 años y entró en lo que los especialistas llaman recesión técnica, que no es otra cosa que un decrecimiento económico sostenido y una mayor pauperización.
Sin embargo, la economía nacional tiene un doble salvavidas que le permite no hundirse más y mantener una cierta estabilidad: las remesas y las exportaciones, dos movimientos macro financieros que no dependen del ejercicio gubernamental. Los Estados Unidos han podido reactivar su economía después de lo peor de la pandemia y controlado su inflación, lo que nosotros no pudimos hacer.La reactivación norteamericana permitió a millones de mexicanos migrantes colocarse en trabajos extenuantes, pero bien remunerados, sobre todo en el área de la construcción.
Mientras tanto, en México se dificulta el triste panorama del desempleo y el encareciendo de la canasta básica. Por ello, los paisanos envían dinero a sus familias para paliar la pobreza. Su esfuerzo personal, su logro individual, además de los estímulos económicos que otorga el gobierno de Joe Biden, han permitido que los migrantes nacionales envíen a sus parientes, a sus comunidades, en el 2021, la cifra récord de 51 mil 594 millones dólares.
Y entonces festina el gobierno, presenta las remesas como un logro de su política económica. Nada más alejado de la realidad. Además de las exportaciones -producto del esfuerzo de emprendedores-, los envíos de dinero se han convertido en la mayor inyección financiera del país. El efectivo que han mandado los paisanos a sus familias en los tres últimos años es de casi 130 mil millones de dólares, cantidad que beneficia a diez millones de familias en el país y que alienta el consumo interno y remplaza la actividad económica de 30 millones de mexicanos que viven de la economía informal afectados por la pandemia.
Desde que inició esta administración, hay un decrecimiento económico y la pobreza va en aumento. En 2019 la economía se contrajo 0.1 por ciento, en el 2020 la caída fue de 8.4 por ciento. Aunque en el 2021 hubo un rebote del 5 por ciento, el saldo es negativo, sobre todo porque en los dos últimos trimestres hubo un retroceso del 0.4 0.1 por ciento, lo que nos coloca -junto con Brasil- en una recesión técnica.
Por eso son tan importantes las remesas, dan un respiro a la economía nacional, pero es numerario que no ingresa a las arcas fedrales, no es dinero que pueda manejar o distribuir el gobierno; es circulante que va directo a las familias de los migrantes para satisfacer sus necesidades, básicamente de consumo, pero que no forman parte del presupuesto ni se puede aplicar a los programas sociales.
Más allá de la salvación que se hace de diez millones de familias apoyadas por los migrantes, está la tragedia de quienes no tienen tales apoyos. La 4T recibió el país con casi 52 millones de pobres, hoy se han incrementado en cuatro millones y no se visibiliza una mejora en el desarrollo nacional a corto plazo. El presidente Peña Nieto logró, al final del sexenio, un crecimiento del 2.2 por ciento, difícil de alcanzar para el final de la presente administración.Por eso, México es el país que más mano de obra exporta a los Estados Unidos y con ello pierde capital humano, porque no tiene políticas públicas que retengan a su población, que le ofrezcan oportunidades de trabajo y educación.
Así que los 128 mil 641 millones de dólares que han entrado en los últimos años al país debieran ser una vergüenza para el gobierno, porque lejos de ser un éxito de su administración, representan el fracaso de la estrategia económica oficial.

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