El presidente de Venezuela, sostuvo una conversación telefónica con el secretario general de la ONU, António Guterres, en la que expresó su preocupación por una escalada de amenazas contra Venezuela. Durante el intercambio, el mandatario venezolano señaló que recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reflejan una postura que calificó como de carácter colonial, al referirse a temas relacionados con el petróleo venezolano y el territorio nacional.
Según el gobierno venezolano, estas expresiones forman parte de un clima de presión externa que afecta la estabilidad regional. En ese sentido, Maduro buscó exponer ante Naciones Unidas lo que considera un riesgo creciente para la soberanía venezolana, en un momento marcado por tensiones diplomáticas y desacuerdos políticos entre Caracas y Washington.
Durante la llamada, António Guterres exhortó a las partes involucradas a evitar cualquier confrontación armada. El secretario general reiteró la importancia del diálogo y de los mecanismos multilaterales para resolver disputas internacionales. Además, informó que dará seguimiento al caso en el Consejo de Seguridad de la ONU, con el objetivo de contribuir a la preservación de la estabilidad regional.
Guterres subrayó que Naciones Unidas mantiene su compromiso con la paz, el respeto al derecho internacional y la prevención de conflictos que puedan escalar más allá del ámbito diplomático. En ese contexto, la ONU se posiciona como un canal para analizar la situación y evaluar posibles impactos en América Latina y el Caribe.
El contacto entre Maduro y Guterres se produjo en medio de un escenario de creciente tensión diplomática. El gobierno venezolano sostiene que enfrenta presiones externas vinculadas a sus recursos energéticos y a su posición geopolítica. Por ello, Caracas busca respaldo internacional para visibilizar su postura y advertir sobre posibles riesgos derivados de declaraciones y acciones de otros países.
Al mismo tiempo, analistas internacionales observan que la relación entre Venezuela y Estados Unidos atraviesa una etapa de alta sensibilidad, marcada por diferencias políticas, económicas y estratégicas. Este contexto explica el interés de Venezuela en llevar el tema a foros multilaterales y mantenerlo bajo observación internacional.
