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10 de diciembre de 2025 9:40 am
DE: Versiones

DE: Versiones

Por Alejandro Villegas…
Desde palacio nacional, sin duda, se tiene la percepción que poseen la verdad absoluta, y pueden expresar cualquier cosa sin el menor asomo de pudor y el pueblo bueno está obligado a asimilarla como tal.
Una conducta que es mimetizada por la 4T en general, por lo que bosquejan un país de maravilla y redefinen todo a su antojo.
El más reciente caso, fue protagonizado por el ciudadano Omar García Harfuch, quien sin más sustento que el de su expresión redefinió el concepto de terrorismo y de paso, la versión de un auto bomba.
La maniobra verbal fue burda, poco creíble e hilarante.
Lo evidente fue que el ciudadano secretario de Seguridad Ciudadana trató de minimizar los hechos, mediante la afamada operación saliva. Y darle vuelta a la página con argumentos pueriles.
Otro caso más que claro de que la 4T, busca imponer su verdad tuvo lugar, el domingo pasado cuando personajes como el ciudadano Ricardo Monreal negaron abiertamente que se haya acarreado a participantes en el mitin que encabezó, en el zócalo, la ciudadana presidenta, para precisar que los ayudaron a movilizarse, en tanto que se propagó la versión de que la ciudadanía se organizó para imprimir pancartas y lonas.
En el país de fábula que busca proyectarse desde palacio nacional en particular y la 4T en general, lo elemental es la necesidad de crear un diccionario cuatroteista que incluya con claridad que asamblea sustituye a mitin, movilizado a acarreado, corcholata a tapado conservadurismo a oposición.
Lo cierto es que la situación del país, no se puede cambiar con declaraciones, descalificaciones ni expresiones estentóreas y por supuesto tanto palacio nacional como la 4T están lejos de poseer el monopolio de la verdad absoluta.
Venta
La compra y distribución del más reciente libro del ciudadano Andrés Manuel López Obrador, por parte de personajes del Senado, tiene una lectura clara a partir de la forma en que dio y apunta hacia la creación artificial de un pretendido éxito editorial.
La realidad sobre la venta y penetración social de ese libro, la conoce la editorial, pero evidentemente no está en manos de todos los integrantes de la 4T, lo que deja en claro el interés que tienen por su contenido.

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