*Caso Jens Herrera: se difiere audiencia para dictar sentencia tras 29 años de reclusión en espera.
Los Ángeles Press
PUEBLA — La audiencia para dictar sentencia definitiva en el caso de Jens Herrera Guzmán, el exmilitar que lleva 29 años preso sin condena en Puebla, fue diferida sin aparente motivo, la cual iba a ser atendida por el juez Felipe de Jesús Ventura Hernández, con lo que prolonga una historia marcada por irregularidades, torturas y ausencia de pruebas directas.
La diligencia programada para el 2 de diciembre de 2025 no se llevó a cabo. Según la certificación del expediente 240/1996-4-1/1ME, el Centro Penitenciario de Tepexi de Rodríguez no realizó el traslado de Jens Herrera Guzmán al penal de Puebla. En el oficio se asentó la suspensión de la audiencia, pero el documento únicamente aparece firmado por el abogado defensor José Noé Martínez López. No hay firma de la agente del Ministerio Público ni del secretario de acuerdos, ni consta en el documento la presencia de funcionarios judiciales o ministeriales.
Herrera Guzmán fue detenido el 18 de octubre de 1996 bajo la acusación de secuestro agravado, en el expediente 240/1996-4-1. Desde entonces permanece recluido, en prisión preventiva en el penal de Tepexi de Rodríguez.
La acusación se sustentó en confesiones que, según la defensa, ha demostrado que fueron obtenidas bajo tortura o sin la asistencia de un abogado con cédula profesional, lo que invalidó su valor jurídico. Además, los testimonios de supuestas víctimas y testigos presentan contradicciones y varían en número de implicados, vehículos, circunstancias de los hechos y ninguno identifica directamente a Herrera como participante.
Por lo que el juez Ventura Hernández había declarado nulas esas pruebas al haber sido obtenidas de forma ilegal. Sin embargo, son las que ahora él mismo está utilizando nuevamente en el proceso para dictar sentencia en el caso de Herrera Guzmán, y son las mismas pruebas con las que sentenció a sus coprocesados en circunstancias muy similares.
En este contexto, la “teoría del árbol envenenado” adquiere relevancia: si la prueba primaria fue obtenida ilegalmente, todo lo que de ella se deriva —reconocimientos fotográficos, testimonios basados en confesión, peritajes— carece de validez, explicó a Los Ángeles Press, su abogado defensor José Noé Martinez López
La falta de evidencias legítimas y la ausencia de sentencia tras casi tres décadas representan una brutal violación del principio de presunción de inocencia, señaló el abogado. En su escrito de conclusiones, Martínez recuerda que corresponde al Ministerio Público acreditar la culpabilidad “más allá de toda duda razonable”, no al acusado demostrar su inocencia —algo que, a su juicio, nunca ocurrió. Ante ello, la defensa pidió la absolución, la liberación inmediata y el archivo definitivo de la causa.
El caso de Jens Herrera Guzmán no es el único en Puebla
El prolongado rezago en este proceso no es un caso aislado, sino un reflejo de los múltiples expedientes que, durante décadas, han quedado estancados en el sistema judicial mexicano, y particularmente en Puebla.
El caso de Jens Herrera Guzmán expone cómo la dilación, la tortura, las confesiones forzadas y la debilidad probatoria pueden perpetuar la injusticia —no solo contra un individuo, sino contra la credibilidad misma del sistema penal. Después de 29 años, mantenerlo preso sin sentencia no es justicia, dijo su abogado, “es perpetuar una injusticia”.
