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21 de noviembre de 2025 6:41 am
A LA GENERACIÓN Z, NI LOS ESCUCHA NI LOS ATIENDE EL EJECUTIVO

A LA GENERACIÓN Z, NI LOS ESCUCHA NI LOS ATIENDE EL EJECUTIVO

Por Norberto López Zuñiga….

• El régimen mostró su rostro frío e indiferente a la marcha de jóvenes

Diputados y senadores de Morena se reunieron este jueves con Claudia Sheinbaum para un cierre de filas y de apoyo a su gobierno ante las movilizaciones de la Generación Z. La estarán arropando a la residente de Palacio Nacional.
La junta se programó a las 17:00 horas y en ambas cámaras recortarán el tiempo de la sesión del pleno, una vez que se vote y apruebe la expedición de la Ley General en materia de extorsión.
Fue un sisma la marcha del pasado 15 de noviembre, donde la actuación de las fuerzas de seguridad al arremeter contra la multitud de jóvenes que marcharon del Monumento a la Independencia al Zócalo, mostró el rostro frío e indiferente del régimen en turno, al repeler la demanda de justicia, seguridad y alto a la represión. Le desagrada la crítica y cuestionamientos de una juventud frustrada por las condiciones en las que vive.
Se les confrontó, no los escucharon, ni fueron atendidos por quien detenta el Poder Ejecutivo.
En un comparativo y guardando las debidas proporciones, la marcha de hace unos días, tiene algunas similitudes con el movimiento del 68, pues marcó un hito en la historia de México en el Siglo XX y en el XXI, en la búsqueda de justicia por las víctimas que se registraron en el pasado y en el presente. Un clamor de la juventud de antaño y la actual.
Obvio decir que la Generación Z se identifica con el movimiento de 1968, pues pese a sus detractores, está involucrada y participa activamente en su lucha por la igualdad, alto a la violencia, por la falta de oportunidades, justicia, y alto a la represión.
Hoy esta generación está mejor informada por los medios tradicionales y de última generación, los medios están a su alcance, a través de redes sociales, como el sinnúmero de apps, radio, Facebook, tik tok, instagram, WhatsApp, Twitter o ‘X’, etcétera.
Sí hay coincidencias en ambas movilizaciones, la primera hace 57 años y la de hace seis días, con la misma proclama de justicia social, apertura política, libertad, exigencias que están presentes en la actualidad, entre otras, es la herencia del movimiento estudiantil de 1968.
El 2 de octubre de 1968 fue un genocidio político, donde decenas de estudiantes fueron reprimidos por el gobierno. Este hecho marcó un punto de inflexión en la lucha por la democracia y la justicia social en México.
De ahí que la marcha de la Generación Z se puede ver como la continuación de ese movimiento estudiantil, en la búsqueda de justicia por las víctimas de la represión, que se identifica con el movimiento de 1968 y se involucra en la lucha por la igualdad y la justicia social, recordando y reivindicando los logros y fracasos del movimiento estudiantil.
Otro parangón que perturba a millones de mexicanos fue la represión de que fue objeto la manifestación de la Generación Z, aun cuando el contexto es diferente, tiene una misma constante: un Estado que responde a la inconformidad social con fuerza, intimidación y desprecio por la protesta pacífica.
Max Weber, sociólogo, economista, jurista e historiador alemán, refiere que el Estado-Nación es una institución militarista, que recurre al uso legítimo de la fuerza dentro de su territorio, es decir, todo Estado como institución política tiene: “violencia física”
Y León Trotsky expuso que “todo estado está fundado en la violencia”, que, para ser objetivo, esto es cierto. La violencia no es el medio normal ni el único del que se vale el Estado, pero sí su medio. Hoy precisamente, es intima la relación del Estado con la violencia.
El Estado es la única fuente de derecho a la violencia. Política significará, la aspiración a participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre los distintos estados o, dentro de uno mismo o entre los distintos grupos que lo componen.
De tal suerte que el uso de la fuerza fue el proceder del Estado en la manifestación del pasado 15 de noviembre de la Generación Z.
Después de este acto valiente, el gobierno, diputados, senadores, dirigencia de Morena, sus cófrades del Verde Ecologista y del Trabajo desacreditaron el acto, denunciaron la violencia, que fue provocada por el “bloque negro”, nada que ver con el movimiento GZ, fue una táctica deliberada de Palacio Nacional para acallar a una generación que exigía libertades democráticas.
Así como procedieron a difundir por todos los medios el financiamiento para la realización de la marcha de la GZ convocada por Edson Andrade, proveedor del PAN, a quien se le señala de recibir un contrato por 2 millones 106 mil pesos, como expuso la presidenta del partido oficialista, Luisa María Alcalde, a quien le facilitaron la información desde Palacio Nacional.
También sería importante investigar cuanto pagaron a los integrantes del bloque negro para causar destrozos, y lanzar bombas molotov, como se pudo ver en los videos. Este grupo a lo sumo de 200, todos encapuchados y cubriendo sus rostros, no pudieron ser encapsulados por los elementos de seguridad pública, falló nuevamente la estrategia o fueron permisibles.
Fue mínimo el número de 8 detenidos, ya consignados por un juez.
Ojalá que actúen con la misma prontitud para conocer la erogación hecha al bloque negro.
Está claro que el levantamiento de la Generación Z evidencia que la institucionalidad en México no ha logrado superar sus reflejos autoritarios. Le guste o no a la residente de Palacio Nacional, pues de nada sirve que salgan en defensa los Monreal o Adán Augusto, el gobierno vive una crisis. Tan es así, que una consecuencia es que el desfile del 20 de noviembre festejando el día de la Revolución Mexicana haya sido recortado. El miedo no anda en burro.

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