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17 de noviembre de 2025 11:52 am
Catoptrofobia política

Catoptrofobia política

Por: Fernando Moctezuma Ojeda – @FerMoctezumaO

Catoptrofobia: miedo irracional y abrumador a los espejos o a los reflejos.

Hay días en los que la política mexicana parece un espectáculo de comedia involuntaria. Basta ver la velocidad con la que la 4T encontró una explicación “conveniente” para la reciente marcha de la Generación Z: no fue hartazgo, no fue inconformidad, no fue ciudadanía. Fue “el viejo PRIAN”. Ese ente casi mítico al que se le atribuyen capacidades que ni en sus años dorados logró demostrar. Según el discurso oficial, la protesta no brota de la calle, sino del sótano donde —imaginan— los opositores coordinan estrategias dignas de película barata. Una narrativa cómoda, porque convierte al gobierno en víctima y a la ciudadanía en masa manipulable.

Y aquí conviene plantearlo con todas sus letras: ¿en serio piensan que la gente necesita instrucciones para cansarse? La postura oficial descansa en esa premisa paternalista, casi insultante, de que la población carece de criterio propio. Si protestan, es porque alguien les dijo que lo hicieran; si se hartan, es porque alguien los “instigó”. Lo que nunca se plantea es la posibilidad más sencilla: que la ciudadanía está agotada y que el desgaste no requiere líderes opositores, sino realidades cotidianas. Eso es lo que el poder no quiere admitir, porque significa reconocer que existe un malestar sin dueño y, por lo tanto, sin control.

Más irónico aún es que el mismo gobierno que declaró “moralmente derrotada” a la oposición ahora le atribuya una influencia prodigiosa, casi sobrenatural. O la oposición es irrelevante o tiene la capacidad de movilizar multitudes con un chasquido de dedos. Ambas no coexisten. Pero en el discurso político, la lógica nunca estorba; lo importante es que cada afirmación sirva para reforzar la narrativa del momento. Hoy la oposición es débil; mañana es la mano que mece la cuna del caos. Depende del clima.

El tercer punto es quizás el más revelador: la pretensión de monopolizar la legitimidad de las protestas. Desde la dirigencia del partido en el poder hasta gobernadores, legisladores y la propia jefa de Gobierno, se insiste en que las movilizaciones ajenas siempre esconden intereses “oscuros”. Las propias, en cambio, son épicas, históricas, casi sacramentales. Esta doble vara no solo es evidente; es ofensiva. Implica que hay protestas de primera y de segunda, dependiendo de quién porta la camiseta del movimiento. Y por si fuera poco, espera que la ciudadanía lo acepte sin cuestionar.

Pero si hablamos de memoria selectiva, conviene refrescar algunos datos incómodos: ¿ya olvidaron los 47 días de plantón en Reforma? ¿La afectación económica a cientos de negocios? ¿Los vecinos que no podían transitar libremente durante semanas? ¿Los destrozos del 1 de diciembre de 2012? ¿La autoproclamación simbólica del “presidente legítimo”? Con el discurso actual, todo lo anterior encajaría perfectamente en la categoría de “acciones que polarizan y generan percepciones nocivas para la democracia”. Cuando esos episodios se recuerdan, la narrativa oficial entra en pausa. Y es lógico: la incongruencia nunca ha sido buena asesora de campaña.

El problema de fondo es otro: el poder tiende a desarrollar alergia a la crítica. Y cuando lo hace, empieza a ver amenazas donde solo hay hartazgo, conspiraciones donde solo hay inconformidad, enemigos donde solo hay ciudadanos que exigen cuentas. No se aísla porque lo acorralen; se aísla porque deja de confiar en la inteligencia de la población y prefiere culpar a fantasmas antes que atender reclamos reales.

Algo más que suele omitirse deliberadamente: detectar actos violentos en una marcha no invalida la causa que la origina. Utilizar la violencia de unos cuantos como argumento para descalificar a todos es tan viejo como conveniente. Y reducir la protesta a un asunto de “mayores de 40 privilegiados” es otra manera de minimizar el malestar, como si el enojo tuviera edad o estrato social. Si algo han demostrado los últimos años es que la frustración es transversal, pero la apertura del poder para escucharla no lo es.

Mientras tanto, la clase política —toda, sin excepción— continúa enfrascada en una disputa infantil por el mérito de la indignación. Se pelean por quién movilizó a quién, quién agitó a quién, quién manipula a quién. Pero nadie, absolutamente nadie, parece dispuesto a preguntar qué está pasando para que cada vez haya más gente dispuesta a salir a la calle, incluso a pesar del desgaste, del miedo, del descrédito y de la criminalización constante.

Y si algo debe quedar claro es esto: la ciudadanía no necesita permiso para protestar. No necesita un líder ni una sigla para expresar su hartazgo. Mucho menos necesita que desde el poder le expliquen cómo debe sentirse, a quién debe creer o qué debe callar. Tal vez eso es lo que realmente aterra al gobierno: una protesta sin dueño, porque una ciudadanía sin dueño es, en esencia, una ciudadanía libre. Y no hay narrativa oficial, por más creativa que sea, capaz de domesticar eso.

APUNTES CLAVE:

DURANGO: El diputado Arturo Yáñez presentó su Primer Informe Legislativo, donde destacó que, frente a lo que llamó retrocesos del gobierno federal, el PRI trabaja con responsabilidad y da resultados. Señaló que sus acciones se han enfocado en reducir desigualdades, fortalecer la seguridad y atender directamente a la ciudadanía. Afirmó que los recortes impulsados por Morena afectan a estados y municipios, y sostuvo que su labor ha consistido en defender programas efectivos y proponer soluciones reales. Mencionó iniciativas en materia de protección civil, educación e impulso al primer empleo. Yáñez aseguró haber defendido a Durango más de 50 veces en tribuna y comisiones, y reiteró su compromiso con las necesidades de la población local. //RENUNCIAS: El diputado Federico Döring exigió investigar y sancionar a los policías que agredieron a jóvenes durante la marcha de la Generación Z en el Zócalo. Señaló que, así como se castigan ataques contra oficiales, debe hacerse lo mismo con los abusos policiales. Cuestionó al secretario de Gobierno por presumir detenciones mientras hubo manifestantes heridos, y pidió una disculpa pública de la jefatura de Gobierno, así como reparación del daño. Afirmó que la administración capitalina no tolera la crítica y actúa con represión contra la ciudadanía. //SALUD: México registró el nivel más bajo de gasto público en salud entre los países de la OCDE, destinando apenas 2.8% del PIB. El informe Health at a Glance 2025 indicó que más del 75% de la población adulta vive con sobrepeso u obesidad y que el país figura entre los que reportan mayor percepción de problemas de salud. El reporte señaló que 26% de las personas no recibió atención médica cuando la necesitó, principalmente por costos, largas esperas y falta de infraestructura. También destacó la baja disponibilidad de personal médico y de enfermería en comparación con el promedio regional. Además, advirtió que el rápido envejecimiento poblacional y los altos niveles de mortalidad evitable exigen fortalecer la atención primaria y mejorar la calidad de los servicios.

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