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29 de octubre de 2025 12:44 pm
La Soberanía Energética y Alimentaria en México: Un Análisis Crítico

La Soberanía Energética y Alimentaria en México: Un Análisis Crítico

Por Jesús Ortega Martínez…

*De los sexenios de López Obrador a Claudia Sheinbaum: Retos, Realidades y Consecuencias

En los últimos años, tanto bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como en el inicio del mandato de Claudia Sheinbaum, el discurso oficial ha girado constantemente en torno a la necesidad de alcanzar la soberanía energética y alimentaria en México. Día tras día, en conferencias matutinas y comunicados oficiales, se ha reiterado la importancia de estos objetivos para fortalecer la independencia y el desarrollo nacional. Sin embargo, existe una marcada discrepancia entre el discurso y la realidad, lo que ha generado inquietud y descontento entre diversos sectores productivos y la sociedad en general.

La Soberanía Energética: Entre el Discurso y la Realidad

La soberanía energética ha sido una de las banderas más visibles de la administración de López Obrador y ahora de Sheinbaum. El objetivo declarado era reducir la dependencia de México de fuentes extranjeras, especialmente en lo referente a combustibles como gasolinas y diésel. No obstante, los datos muestran una tendencia contraria: cada año aumentan las importaciones de derivados del petróleo desde Estados Unidos, haciendo que la dependencia energética de México crezca y, con ello, la vulnerabilidad ante factores externos.

Este incremento en la importación de combustibles refinados evidencia la falta de capacidad nacional para satisfacer la demanda interna y pone en entredicho la eficacia de las políticas implementadas para fortalecer el sector energético mexicano. La promesa de soberanía energética, lejos de cumplirse, parece alejarse cada vez más, generando preocupación sobre la resiliencia del país ante crisis internacionales o cambios en la relación comercial con Estados Unidos.

El Fracaso de la Soberanía Alimentaria

El caso de la soberanía alimentaria resulta aún más dramático. A pesar de ser un tema recurrente en el discurso oficial, la dependencia alimentaria de México respecto al exterior, especialmente de Estados Unidos, ha ido en aumento. La creación de Segalmex, una empresa paraestatal concebida como el instrumento clave para lograr la autosuficiencia alimentaria, terminó en un escándalo de corrupción sin precedentes: miles de millones de pesos fueron desviados por funcionarios encargados de la entidad, provocando un grave daño a las finanzas públicas y debilitando aún más la capacidad del país para producir sus propios alimentos.

En lugar de fortalecer la producción nacional de granos básicos como maíz, trigo y arroz, México ha tenido que incrementar año con año la importación de estos productos provenientes de Estados Unidos. Esta situación no solo representa un fracaso en la estrategia gubernamental, sino que también afecta directamente a los productores mexicanos, quienes se ven imposibilitados de competir con los precios internacionales y enfrentan el riesgo de quiebra y desempleo masivo.

Impacto en los Productores Agrícolas

La incapacidad del gobierno para garantizar precios justos y condiciones favorables para los productores nacionales ha desencadenado movilizaciones recientes de agricultores en todo el país. El precio de los granos en México es tan bajo que ni siquiera cubre los costos de producción, lo que obliga a los productores a vender a pérdida o abandonar la actividad. Al preferirse la importación de granos estadounidenses, se deja de lado a los agricultores mexicanos, profundizando la crisis del sector y amenazando la estabilidad de millones de familias que dependen de la actividad agrícola.

Este fenómeno no solo pone en riesgo la soberanía alimentaria, sino que también genera una serie de consecuencias sociales y económicas negativas, como el aumento del desempleo rural, la migración hacia las ciudades, y el debilitamiento de la industria agrícola nacional.

Conclusiones

La insistencia del gobierno mexicano en la búsqueda de la soberanía energética y alimentaria contrasta fuertemente con los resultados obtenidos en los últimos años. La dependencia de México respecto a Estados Unidos en ambos rubros ha aumentado, poniendo en evidencia la ineficacia de las políticas implementadas y generando una situación de vulnerabilidad que afecta tanto la economía como la seguridad nacional.

La experiencia de Segalmex y la crisis de los productores agrícolas son claros ejemplos de los retos que enfrenta el país para avanzar hacia una verdadera independencia en la producción de alimentos y energía. Es fundamental replantear las estrategias y fortalecer la transparencia, el apoyo a los sectores productivos nacionales y la inversión en infraestructura para revertir esta tendencia y garantizar el bienestar de la población mexicana.

Recomendaciones

  • Reforzar la supervisión y transparencia en las entidades encargadas de la soberanía alimentaria y energética.
  • Impulsar políticas que garanticen precios justos para los productores nacionales.
  • Fomentar la inversión en infraestructura y tecnología para aumentar la capacidad productiva interna.
  • Reducir la dependencia de importaciones a través de acuerdos estratégicos y apoyo directo a los sectores clave.
  • Promover la participación de los productores en la toma de decisiones y diseño de políticas públicas.

La soberanía energética y alimentaria debe ser más que un eslogan gubernamental; requiere de acciones concretas y sostenidas que permitan a México avanzar hacia la autosuficiencia y la resiliencia frente a los retos globales.

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