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23 de octubre de 2025 11:52 am
DE: Salud

DE: Salud

Por Alejandro Villegas…..
La puesta en marcha del nuevo Sistema Nacional de Salud, a partir de enero de 2026, lejos de traducirse en una solución de fondo, representa una forma de ganar tiempo, ante el panorama desolador que se aprecia al momento en el sector.
Como siempre la solución de fácil expresión, se traducirá en compromisos de difícil cumplimiento que alargarán la conformación de un sistema eficaz de salud, con el argumento de que se trabaja en su implementación que desde luego no será inmediata.
Con esta acción se busca atemperar la inconformidad social derivada no sólo del desabasto de medicamentos, sino de la deficiente operación del sistema de salud, independientemente de la institución de que se trate.
IMSS, IMSS-Bienestar o ISSSTE están lejos de brindar los servicios de calidad que requieren sus derechohabientes.
La promesa es clara y precisa, pero de ahí a que se alcance hay una distancia abismal que el tiempo y las circunstancias se encargarán de ubicar en su justa dimensión.
En los hechos, es claro que junto con el de la seguridad, el de la salud, son dos de los rubros en los que simple y sencillamente, la 4T ha quedado a deber, aunque desde palacio nacional se nieguen a reconocerlo.
De acuerdo a lo expresado por la ciudadana presidenta el objetivo es generar un esquema para que, a partir del 2027, una buena parte de la atención de las enfermedades ya no dependa de si se es beneficiario del ISSSTE, del IMSS Bienestar o del IMSS, y el paciente se pueda atenderte en cualquiera de las instituciones de salud pública.
En el discurso suena grato, pero de entrada la 4T busca ganar más de un año y medio de plazo, con el evidente objetivo de salvar las elecciones intermedias de 2027, y evitar que las deficiencias del sistema nacional de salud sigan jugando en su contra.
Resultados
La disminución de 37 por ciento, en el número de homicidios dolosos que se registran a diario y la captura de un importante volumen de integrantes del crimen organizados de los que informó el ciudadano secretario de seguridad ciudadana, se traducen en una interpretación tergiversada de la realidad.
En primera instancia porque no se ha presentado un diagnóstico claro de las dimensiones de la delincuencia organizada, por lo que por más capturas que se anuncien, no se sabe lo que resta de las organizaciones criminales que parecen ser de dimensiones y alcances desproporcionados.
En segundo lugar, si bien es saludable que se reduzcan en casi 40 por ciento el número de homicidios dolosos, lo evidente es que aún hay más de un 60 por ciento que debe atenderse y continúa enlutando hogares.
Nada es verdad ni mentira, depende del color de cristal con que se mira.

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