Desde Santa Martha Acatitla, el periodista Héctor Valdez revela que el agresor de Ciro Gómez Leyva admitió que la orden había sido “solo para acalambrarlo” y que Saskia Niño de Rivera le pagó la entrevista.
Por Guadalupe Lizárraga
Desde el Reclusorio de Santa Martha Acatitla, el periodista Héctor Valdez, encarcelado con delitos fabricados y a un año de cumplir la condena, reportó a Los Ángeles Press una conversación sostenida con Héctor Eduardo Martínez, alias El Bart, sentenciado recientemente a 14 años de prisión por su participación en el atentado contra el periodista televisivo Ciro Gómez Leyva, ocurrido el 15 de diciembre de 2022 en Ciudad de México.
Según el reporte de Valdez, El Bart reconoció que “sabían que la camioneta estaba blindada” y que la orden no era matar a Gómez Leyva, sino “acalambrarlo”, desmintiendo la entrevista que le hizo Saskia Niño de Rivera, en la que afirmó que había imaginado a Ciro “cubierto con una sábana blanca”.
“Dos o tres veces por semana lo saludo”, contó Valdez a Los Ángeles Press. “Está en la misma zona, del mismo edificio. Es Héctor Eduardo Martínez, El Bart, el hombre que disparó contra la camioneta de Ciro Gómez Leyva. Me dijo que la youtubera Saskia Niño de Rivera le pagó 20 mil pesos para que le diera una entrevista dentro del penal”.
https://platform.twitter.com/embed/Tweet.html?dnt=false&embedId=twitter-widget-0&features=eyJ0ZndfdGltZWxpbmVfbGlzdCI6eyJidWNrZXQiOltdLCJ2ZXJzaW9uIjpudWxsfSwidGZ3X2ZvbGxvd2VyX2NvdW50X3N1bnNldCI6eyJidWNrZXQiOnRydWUsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfdHdlZXRfZWRpdF9iYWNrZW5kIjp7ImJ1Y2tldCI6Im9uIiwidmVyc2lvbiI6bnVsbH0sInRmd19yZWZzcmNfc2Vzc2lvbiI6eyJidWNrZXQiOiJvbiIsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfZm9zbnJfc29mdF9pbnRlcnZlbnRpb25zX2VuYWJsZWQiOnsiYnVja2V0Ijoib24iLCJ2ZXJzaW9uIjpudWxsfSwidGZ3X21peGVkX21lZGlhXzE1ODk3Ijp7ImJ1Y2tldCI6InRyZWF0bWVudCIsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfZXhwZXJpbWVudHNfY29va2llX2V4cGlyYXRpb24iOnsiYnVja2V0IjoxMjA5NjAwLCJ2ZXJzaW9uIjpudWxsfSwidGZ3X3Nob3dfYmlyZHdhdGNoX3Bpdm90c19lbmFibGVkIjp7ImJ1Y2tldCI6Im9uIiwidmVyc2lvbiI6bnVsbH0sInRmd19kdXBsaWNhdGVfc2NyaWJlc190b19zZXR0aW5ncyI6eyJidWNrZXQiOiJvbiIsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfdXNlX3Byb2ZpbGVfaW1hZ2Vfc2hhcGVfZW5hYmxlZCI6eyJidWNrZXQiOiJvbiIsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfdmlkZW9faGxzX2R5bmFtaWNfbWFuaWZlc3RzXzE1MDgyIjp7ImJ1Y2tldCI6InRydWVfYml0cmF0ZSIsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfbGVnYWN5X3RpbWVsaW5lX3N1bnNldCI6eyJidWNrZXQiOnRydWUsInZlcnNpb24iOm51bGx9LCJ0ZndfdHdlZXRfZWRpdF9mcm9udGVuZCI6eyJidWNrZXQiOiJvbiIsInZlcnNpb24iOm51bGx9fQ%3D%3D&frame=false&hideCard=false&hideThread=false&id=1809605976300945693&lang=es&origin=https%3A%2F%2Flosangelespress.org%2Fmexico-violento%2F2025%2Foct%2F07%2Fsicario-de-ciro-gomez-leyva-confeso-que-sabia-de-la-camioneta-blindada-13223.html&sessionId=81040b6d48e86ad9de0d76590fafc5ef3d12021a&siteScreenName=losangelespress&theme=light&widgetsVersion=2615f7e52b7e0%3A1702314776716&width=550px
En una de esas conversaciones, el periodista Héctor Valdez le preguntó al sicario cómo no había notado que la camioneta de Gómez Leyva estaba blindada. “Le dije: tú debes ser el sicario más bruto que conozco; con solo verla uno sabe qué tipo de blindaje tiene. Me respondió que todos sabían que estaba blindada. ‘Sí, todos sabíamos que estaba escudada —dijo—, pero me dieron la orden de hacerlo así. No era para matarlo, solo para acalambrarlo’”.
Un custodio del penal confirmó esa versión entre risas: “¿Quieres la prueba más grande de que no lo querían matar? Pues este pendejo. ¿A poco tú le encargarías matar a alguien? ¿No estás viendo que es un fumado?”, en referencia a que es drogadicto. La conversación fue escuchada por El Bart, quien entre risas confirmó lo dicho.
El testimonio coincide con la declaración previa del exfuncionario capitalino Jorge Enrique Terán, entrevistado en exclusiva desde el exilio por Los Ángeles Press, quien denunció la existencia de una red criminal dentro del sistema penitenciario de la Ciudad de México, que vinculaba a funcionarios penitenciarios con Ciro Gómez Leyva. Terán afirmó que el conductor de televisión y Grupo Imagen había exigido cinco millones de pesos a directivos de penales a cambio de no difundir “grabaciones” que exhibían corrupción y extorsiones desde el interior de los reclusorios.
En la entrevista, Terán dijo que uno de estos videos muestra a Abelardo, «un empleado al que todo mundo conoce, porque era jefe de culturales del Reclusorio Norte», quien confirmó que Ciro Gómez Leyva le había dado cámaras a un interno y le había dicho ‘graba todo lo que puedas’ sobre actos de corrupción dentro del penal.
“Los cárteles pueden dar órdenes desde adentro, y las coordinan con funcionarios penitenciarios”, añadió Valdez. “Hay camaradería, bromas, abrazos entre custodios y presos. Como al Bart, que le hacen burla por haber disparado con una pistola contra una camioneta blindada.”
El segundo sentenciado por el atentado, Erick Hazael Ramos Mendoza, alias El Haza o El Gordo, recibió una condena de once años por tentativa de homicidio y asociación delictuosa agravada. Ninguno de los procesos ha esclarecido quién dio la orden original del ataque.
El caso de Héctor Valdez, quien lleva años documentando desde prisión las redes de corrupción penitenciaria, se entrelaza con el atentado que convirtió a Gómez Leyva en emblema de la “libertad de expresión amenazada”, sin que las autoridades hayan investigado la versión del montaje. La declaración del propio agresor, escuchada dentro de los muros del penal de Santa Martha Acatitla, refuerza una hipótesis más profunda: el atentado no fue un intento de asesinato, sino una operación mediática para encubrir intereses del sistema carcelario y sus operadores políticos.
