DE: Ayotzinapa

Por Alejandro Villegas….
A once años de distancia el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa se mantiene abierta y durante siete años, la 4T ha sido incapaz de solucionarlo de manera clara y satisfactoria.
Lo evidente es que en el fondo no han podido superar la denominada verdad histórica y al momento sólo se sostienen en la extradición del ciudadano Tomas Cerón y otras dos como elementos clave, para esclarecer el caso, sin que ello represente garantía alguna de que así será.
La realidad es que el caso, en su momento se enarboló como bandera política y se utilizó para acrecentar la ira social, y al momento no se ha aceptado de manera abierta y clara que muy, pero muy difícilmente alguno de los 43 estudiantes podría estar con vida.
La culpa de los hechos que tuvieron lugar en Iguala, Guerrero, se endosó en el discurso al gobierno federal, en una acusación sería y grave que no ha se ha podido acreditar de manera fehaciente en los hechos.
En este caso, es cuando la ciudadana presidenta debiera exigir y hacer públicas las pruebas que tanto exige en otros. Y adaptar su narrativa a la realidad.
Sin embargo, lo evidente es que mientras el caso sea políticamente redituable para la 4T, lo mantendrá vivo y no buscará la forma de darle vuelta a la página como si ha sucedido con otros, como los del mal llamado huachicol fiscal y Hernán N. que al momento son de secrecía obligada por el desarrollo de las investigaciones.
En tanto familiares y personas allegadas a los 43 normalistas desaparecidos, se mantendrán en pie de lucha, en lo que representa un caso políticamente redituable, sin que se concrete la solución y el esclarecimiento comprometidos.
En siete de los once años transcurridos, la 4T ha exhibido su incapacidad y falta de compromiso.
Inversiones
El anuncio de inversiones que se realizan como parte del plan México, difícilmente pueden derivar de gestiones de la 4T, además de que ello equivale a tratar de presentar como logros, acciones ajenas, que aún no se concretar.
No hay que olvidar que los dueños del capital, como sucedió en el caso de Tesla, son caprichosos y están permanentemente en la búsqueda de condiciones propicias para sus inversiones, y hasta donde se aprecia la economía nacional adolece de una fortaleza propia.