Por José Antonio Chávez
La expectativa en la Sesión de Congreso General, que integra a senadores y diputados, en San Lázaro, estaba centrada en el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno “Alito” y el ahora ex presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña.
Alito llegó puntual con los coordinadores, Manuel Añorve y Rubén Moreira, la propia secretaria general del partido, carolina Viggiano.
Todo marchaba sin el menor problema, la sesión, el presidente, Sergio Gutiérrez daba la palabra a los oradores de la lista y tocó el turno a Alito.
De entrada, les atizó, que jamás en la historia de este país habíamos visto una estrategia sistemática de persecución política contra los opositores, los medios de comunicación, los órganos electorales, la Corte de Justicia, o contra quien piense distinto, orquestada desde la Presidencia de la República cuando llegó Morena en el 2018.
Obviamente levantaba ámpula y los morenistas comenzaban a incomodarse, del ex presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña se volvió invisible, simplemente no sobresalió. Su protagonismo, ya no se manifestó, un contraste abismal de comportamiento con el presidente de los diputados, Sergio Gutiérrez que dialogaba con la recién estrenada presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo.
Alito encendió los ánimos y comenzó a subir el descontento del partido oficial, soltaba que en México no existen condiciones de normalidad democrática, hoy el terrorismo de Estado que encabeza el gobierno de Morena constituye la más grave amenaza para la paz, la seguridad y la integridad territorial, no solo de nuestra nación, sino de toda la región.
Y que Razones del más alto interés regional nos apremian para alertar a la comunidad internacional de la amenaza narcoterrorista que se cierne en todo América.
Los morenos no aguantaron y de nueva cuenta interrumpieron con gritos para tratar de acallar, sereno y con muestras de tablas políticas, el presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez se mostraba sereno y llamaba al orden, pedía que respetaran al orador. No hacían caso.
Desde luego que el priista no perdería la oportunidad para restregarles todo el daño que le han hecho a este país, por eso les grito una y otra vez que Morena pasara a la historia por ser los que destruyeron al país.
No los bajó de narco-gobierno
Desde luego que los diputados de Morena y sus aliados, intentaban callarlo con gritos de ¡es un honor estar con Obrador!, interrumpían e interrumpían.
No había respeto, pero Alito de nueva cuenta les gritaba que Morena no reformó, Morena destruyó la justicia y lo hicieron con total desprecio por la ley y por nuestra gente, quieren jueces sumisos y no justos, quieren tribunales serviles al poder y no a la verdad. Están construyendo un régimen donde solo la obediencia al poder es lo que cuenta, y eso, eso es una narcodictadura comunista.
Cuando terminó Alito su discurso y estaba en plena participación la senadora del Verde, Joanna Bañuelos, diputados y senadores priistas abandonaron el recinto apresuradamente. A donde van, preguntaban los reporteros. Ahorita regresamos, respondían.
No tardaron cinco minutos cuando ingresaron nuevamente con megáfonos y pancartas con leyendas de «Morena Narco-Estado», y con las sirenas prendidas a todo lo que daban.
Ricardo Monreal salió a su encuentro para comenzar a dialogar y buscar acuerdos para que permitieran seguir la sesión. En los llamados de dialogar, Monreal, Adán Augusto, Pedro haces con Añorve, Moreira alcanzaban acuerdos para llevar la fiesta en paz.
La queja de los priistas es que los de Morena interrumpieron cuando soltaba su discurso el priista, y no fue una sino seis veces.
Después de los abrazos, Monreal pidió la palabra para pedir un esfuerzo a los priistas y con mayor razón a su líder y senador del partido, Alejandro Moreno “Alito”.
El coordinador de los diputados del PRI, Rubén Moreira tomó la palabra y después de denunciar el mal trato de los morenistas al orador de su partido, aceptaron regresar a la calma y respeto.
Monreal, de vuelta se comprometió que ellos, los legisladores de su partido respetarán y no habrá sobresaltos.
Naturalmente que Monreal con su vagancia política logró apaciguar los ánimos de su bancada que, le puedo adelantar ya aceptaron la propuesta de su líder de entregar la presidencia de la Mesa Directiva al PAN de Jorge Romero.
No pierda de vista que hoy se logre el acuerdo para que el PAN pueda presentar la candidatura de Kenia López para presidir la Mesa Directiva este segundo año.
