Por José Antonio Chávez
Gerardo Fernández Noroña pensó que su fuero como presidente de la Cámara de Senadores lo blindaba para evitar ser jaloneado o confrontado. Y menos que como todopoderoso lo sacaran de la sesión a empujones y golpes, en un hecho vergonzoso.
El no darle la palabra, por segunda vez, al priista Alejandro Moreno “Alito y querer, por sus fueros concluir la sesión, le costó le dieran una sacudida con jaloneos y empujones que lo hicieron salir corriendo.
¡Déjalo¡, ¡Déjalo!, ¡Déjalo! Gritaba desesperada Andrea Chávez, la consentida de Adán Augusto desde su curul cuando veía los jaloneos que le daba Alito a Noroña.
Mientras que la diputada del PT, Lilia Aguilar a unos pasos de los jaloneos, lanzaba también gritos de desesperación de ¡oye cabrón no le pegues!, ¡eres un cabrón!
Noroña pensó que podía tratar a Alito como lo hace con las senadoras y diputadas, se le apareció el diablo y cuando le reclamaba porque no le dio la palabra y poner su mano sobre su brazo, en pleno diálogo, Noroña desató el empujón y con gritos de ¡no me toques!, ¡no me toques! Y comenzaron los jaloneos.
La diputada de Morena, Dolores Padierna intentaba jalar a Noroña, pero Alito ya lo traía a empujones.
Noroña le señalaba con el dedo, como acostumbra, pero Alito se lo bajó de un manotazo que obligó buscar la huida.
Noroña se mostró como un verdadero cobarde, se le olvidó lo machito cuando le gritaba a la panista, Lilly Téllez que no lo bajaba de narco-senador y las ofensas a ciudadanos y periodistas.
Se le olvido cuando llevó a un ciudadano a pedir disculpas públicas en el confort de su silla del Senado para jactarse de su poderío y todo porque el reclamo que le hizo en la Sala VIP del Aeropuerto.
Hoy Alito, simplemente lo encaró y le dio una revolcada y, sin duda a salud de todas esas ofensas, con sus actitudes de soberbia y abuso de poder.
Y que estaría pensando el ayudante de Noroña, de playera verde que subió y agredió, como futbolista de llegada de choque por un costado al priista y tratar de interponerse en medio y de frente al priista para defender a su jefe que salía por piernas.
Obviamente Alito bastó darle un empujón que lo mandó a la lona, nada tenía que hacer ese señor si el pleito era de legisladores. Y menos si no es trabajador bajo las condiciones de la ley laboral de la Cámara Alta.
Bueno, después salió a relucir su identidad, se trata de Emiliano González González, el mismo que, en la investigación que publicó la reportera de Excelsior, Leticia Robles, es uno de los personajes que no están en la nomina del Senado, y el mismo que recibió gastos por 103 mil pesos para acompañar a su jefe Noroña a Roma, Italia el pasado 17 al 22 de junio.
Noroña, después de ser valorado por la enfermería del Senado, anunció que presentarán una denuncia contra Alito por los daños causados a su integridad física y, de paso a su colaborador que salió con collarín y brazos vendados, como si de verdad le hubieran pegado.
Noroña sabe qué si Alito le hubiera dado un solo golpe, lo noquea, pero solo bastó unos empujones y gritos fuertes para que se aplacara y se encogiera para buscar la graciosa huida.
Ahora a tres días que se le vuelva su coche calabaza porque regresa a su realidad, Noroña deja la etiqueta de ser el peor presidente del Senado en la historia legislativa, eso sí, se va con una casa nueva y bueno, una paliza.
ESTORBEN O CORTEN LA SEÑAL, GRITABAN
Corten la señal, que no salga, corten la señal, eran los gritos desesperados del canal del Congreso, que el mandamás les instruía en la transmisión cerrar la toma y que el conductor despidiera el programa, no querían que se difundiera las imágenes que estaban en vivo.
Pobres ilusos, solo se exhibieron de perder su poca credibilidad y dejaron más que claro su adhesión al partido oficial. Un canal, que se supone para ofrecer, con toda transparencia las sesiones a toda la audiencia, sin colores partidistas, hoy resultó que son totalmente partidistas.
MONREAL, SERGIO Y EL CIUDADANO DE LAS DISCULPAS
Que pensaría Ricardo Monreal de los jaloneos que le dieron a Noroña, y que pensaría, también el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez, pero también que estará pensando el ciudadano que recibió la humillación de Noroña de llevarlo al Senado a pedir disculpas públicas. De los primeros, dialogar su llamado y el respeto mutuo, del último, lo menos, sin duda, una velada con mariachis y si es del norte, pues con la banda. Celebración pura.
Jachavez77@yahoo.com
