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31 de julio de 2025 5:52 am
China muestra a México el camino para frenar el chantaje arancelario de Trump

China muestra a México el camino para frenar el chantaje arancelario de Trump

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Con la cabeza fría y sin necesidad de seguir apostado por una escalada suicida de aranceles, pero también sin intención de rendirse ante el chantaje de Donald Trump, los negociadores chinos acordaron este martes con sus homólogos estadounidenses extender la tregua arancelaria y seguir buscando un acuerdo satisfactorio para ambas superpotencias. Eso sí, antes debe recibir el visto bueno del presidente Donald Trump mediante un anuncio, que se espera para este mismo miércoles.

Bastó con que en la tercera ronda de negociaciones, celebrada el lunes y martes en Estocolmo (Suecia), los enviados de Xi Jinping mostrasen a los enviados de Trump el daño que sufriría la economía estadounidense si Washington insiste en imponer sus condiciones mediante la coacción. El mensaje está claro: China no quiere una guerra comercial contra EU, pero tampoco un acuerdo a cualquier precio, aunque sea por una razón básica: un extorsionador que consigue sin resistencia lo que quiere (como logró sacarle Trump a unos acobardados negociadores europeos) nunca va a dejar de seguir extorsionando.

Aunque no trascendieron detalles sobre la última ronda de negociaciones, en la rueda de prensa posterior el secretario de Comercio de EU, Scott Bessent, dejó entrever que los chinos lograron el efecto contrario al esperado por Washington: en vez de mostrarse dóciles, como los europeos, se mostraron firmes y dispuestos a devolver el golpe a EU, por cada golpe que aseste la Casa Blanca a China.

“Necesitamos reducir el riesgo en ciertas industrias estratégicas”, declaró Bessent, sugiriendo que los chinos saben cuál es el talón de Aquiles de EU (la primera potencia no cuenta con tierras raras y minerales necesarios para su industria industria de ultima generación) y les han recordado que son ellos los que poseen el 85% de las reservas mundiales de esos insumos estratégicos.

La industria puntera estadounidense, tanto la civil como la militar, depende de las compras a China de materiales codiciados, como neodimio, antimonio y tungsteno, para fabricar, entre productos de alto valor, como chips, semiconductores, imanes para baterías eléctricas e incluso misiles de última generación.

Además, es probable que los enviados chinos hayan recordado que el gigante asiático es también el principal proveedor mundial de ingredientes activos para medicamentos como penicilina y tetraciclina (antibióticos) o analgésicos como ibuprofeno y paracetamol o el el que ha convertido a cientos de miles de estadounidenses en adictos, el fentanilo.

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