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21 de julio de 2025 10:08 am
La importancia de dar la cara

La importancia de dar la cara

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Guste o no, es indiscutible que la conferencia mañanera que tiene el gobierno para comunicar, desde que Andrés Manuel López Obrador llegó al poder, es una forma de dar la cara, prácticamente todos los días.

No dejó ningún tema sin responder, ni se ocultó o se ausentó para evadir o eludir algún cuestionamiento, aunque sus respuestas no siempre dejaran satisfechos a todos.

Antes de terminar su mandato ofreció que se retiraría de la actividad política, que se dedicaría a descansar y escribir. Ha cumplido, contra los pronósticos de sus detractores. Algunos hasta la fecha no han dejado de repetir que sigue siendo quien ejerce el poder en México.

Ha sido una regla no escrita que los ex presidentes pasen al retiro. Durante la hegemonía priísta se cumplió al pie de la letra, salvo en el periodo llamado “Maximato”, de 1928 a 1934 cuando Plutarco Elías Calles conservó el control del poder a través de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, lo que el pueblo describió con la frase: “aquí vive el presidente, pero el que manda vive enfrente”.

Hubo otro momento en el que se intentó hacer algo parecido, cuando Luis Echeverría Álvarez creyó que podía seguir moviendo los hilos del poder desde su casa en San Jerónimo. José López Portillo no dudó en nombrarlo embajador de nuestro país en las islas Fiji o Fidji, cerca de Australia. Se acabó la calentura. Entendió que su poder se había extinguido.

Aunque más de uno esté sorprendido, López Obrador ha seguido al pie de la letra la vieja regla no escrita, en contraste con sus recientes antecesores (Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto) que, si bien no influyen en el ejercicio del gobierno en turno, asumen el papel de opositores para reprobar lo que en su opinión no se hace correctamente.

Es tal el comportamiento de AMLO que no falta el analista o comunicador mañanero que pregona que el expresidente “está escondido”, no con el propósito de informar sino de tratar de incomodar el retiro voluntario del tabasqueño.

Andrés Manuel dio la cara cuando la tenía que dar y ahora lo hace la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Como candidata presidencial y luego como presidenta electa se llegó a dudar que siguiera con la “conferencia mañanera”. Apostaban a que dejaría de hacerlo para utilizar otra forma de comunicar. Y si decidía conservarla, la haría más tarde, no tan temprano ni todos los días.

La conferencia mañanera ha sido exitosa tanto para el gobierno como para la misma sociedad, porque lo que ve la gente es una presidenta que da la cara, que para nada se oculta ni elude temas.

Todos los días da la cara porque de lunes a viernes hay “mañanera” y los fines de semana giras de trabajo.

Es ejemplo para su equipo, para su gabinete, para todos los servidores públicos, para su partido y sus legisladores.

La Constitución en su articulo sexto señala que al Estado corresponde garantizar el derecho a la información. Entonces, en ningún caso se justificaría incumplir ese mandato.

“Estado” involucra a los tres poderes, al ejecutivo, al legislativo y al judicial.

Si la presidenta da la cara, porqué otros y otras, funcionarios y funcionarias, que también tienen un sueldo que sale de las arcas públicas, tendrían que hacer algo distinto evitando periodistas y preguntas sobre temas que pudieran parecerles incómodos o espinosos.

Cualquier servidor público que no de la cara deja la impresión de que tiene algo vergonzoso que ocultar.

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