Alejandro Villegas..
El caso del ex secretario de Seguridad Pública de Tabasco, representa una mancha para la 4T que pone en evidencia la presumible penetración de los grupos del crimen organizado en esa corporación.
El hecho de que se reconozca que el ex funcionario de seguridad era investigado, pero salió del país, días antes de que se emitiera una orden de aprehensión, solo permite apreciar que las labores de inteligencia fueron laxas o, piensa mal y acertarás, se permitió que abandonara territorio nacional de manera deliberada para evitar el daño que podría ocasionar su aprehensión. Es decir, no se tomaron medidas preventivas.
No hay que dejar de considerar que recientemente cuando comenzó a hacerse público el caso, de inmediato, desde palacio nacional la ciudadana presidenta se apresuró a asegurar que el ciudadano Adán Augusto López no era sujeto de investigación alguna.
Guardadas las debidas proporciones el caso es equiparable al del ciudadano Genaro García Luna y la forma en que se manchó la imagen del ciudadano Felipe Calderón al presentar una serie de argumentos, sin pruebas en torno a una presunta relación perniciosa, entre ambos.
El hoy ciudadano senador designó y fue jefe del prófugo, en Tabasco, pero no por ello, tiene culpa alguna hasta que no se demuestre de manera fehaciente lo contrario. En todo caso quien actuó o incurrió en falta fue el subordinado.
Por otro lado, lo evidente es que el caso se presenta en un estado icónico para la 4T, el estado en donde nació el machuchón mayor, y al cual optó por no regresar para transitar su etapa de retiro que por cierto no tiene nada de admirable, ya que encuadra en una conducta de distancia de la esfera pública adoptada históricamente al menos en lo inmediato cuando terminan sus gestiones.
Al momento, lo evidente es que pasó tiempo desde que se emitió la orden de aprehensión y se concretó la emisión de la ficha internacional de búsqueda para que la 4T hiciera pública la información que salió a relucir de manera obligada.
La mancha está ahí, puede no llegar a todos, pero la afectación de entrada en términos de imagen es evidente. Pero fiel a la línea y el guion dictado, se cierra el acceso a la información pública del caso por aquello de la secrecía de las investigación y el proceso judicial y se trabaja para darle vuelta a la página.
Ausencia
La ausencia del ciudadano Adán Augusto López de los trabajos legislativos, al momento, se presta a todo tipo de especulaciones.
Una evidente operación de control de daños, en términos de imagen, a la espera de que los ánimos sociales y políticos se atemperen.
Se pueden transitar bajo la lluvia, pero en medio de rayos y granizo, puede producirse algún daño colateral. Así que más vale resguardarse, hasta que deje de caer la precipitación pluvial. Es necesario cuidar la figura.
