Por Victor Hugo Celaya Celaya…
El Banco de México enfrentará una de sus decisiones más complejas del año cuando anuncie su política monetaria el jueves 26 de junio, en un contexto donde la inflación se mantiene en 4.42% anual (mayo), por encima del rango de variabilidad de la institución, mientras la economía muestra signos preocupantes de estancamiento con una posible contracción de -0.3% anual en mayo. La Junta de Gobierno deberá equilibrar la necesidad de estimular una economía que ha creado apenas 133,665 empleos formales entre enero y mayo —la cifra más baja desde 2003, excluyendo crisis— con el imperativo de mantener la estabilidad de precios. Los mercados anticipan una reducción de 50 puntos base que llevaría la tasa de 8.50% a 8.00%, pero los recientes datos inflacionarios sugieren que la decisión podría no ser unánime entre los miembros de la Junta. La inversión, motor del crecimiento económico, se contrajo -6.8% anual en el primer trimestre de 2025, reflejando la incertidumbre empresarial y la necesidad urgente de señales claras de política económica. El contexto se complica por la debilidad del mercado laboral, donde el bajo dinamismo contrasta con las presiones inflacionarias persistentes, especialmente en el componente subyacente que marca la tendencia de mediano plazo.
Las proyecciones que acompañen el anuncio serán tan importantes como la decisión misma, ya que ofrecerán señales clave sobre la evaluación de la Junta de Gobierno respecto al panorama inflacionario y el ritmo futuro de recortes en los próximos ocho trimestres. La decisión tendrá implicaciones inmediatas en los mercados financieros, el tipo de cambio y las condiciones de financiamiento para empresas y familias, en un momento donde la economía mexicana necesita estímulos para reactivar la inversión y la creación de empleos de calidad. La comunicación del banco central será crucial para mantener las expectativas inflacionarias ancladas mientras se busca apoyar la actividad económica. Los sectores más sensibles a las tasas de interés, como el inmobiliario, automotriz y de bienes duraderos, estarán particularmente atentos a las señales sobre la trayectoria futura de la política monetaria. La decisión también influirá en las estrategias de las empresas para el segundo semestre del año, especialmente en términos de inversión en capital fijo y expansión de operaciones. El equilibrio entre estímulo económico y estabilidad de precios definirá no solo la efectividad de la política monetaria, sino también las condiciones macroeconómicas que enfrentará México en la segunda mitad de 2025.
¿Cómo prepararnos?
• Monitorear las proyecciones de inflación y crecimiento que acompañen el anuncio para anticipar la trayectoria futura de tasas de interés
• Evaluar el impacto en costos de financiamiento y ajustar estrategias de inversión y endeudamiento según las señales del banco central
• Preparar escenarios alternativos de política monetaria considerando tanto la posibilidad de recortes agresivos como de pausas en el ciclo de flexibilización
