Por Luis Sunderland Méndez….
El domingo 1 de junio, como ya estaba previsto, se llevó a cabo la elección de los nuevos integrantes de todo el Poder Judicial mexicano e independientemente de la destrucción de los principios en que se sustentaba la República -la separación de los Tres Poderes de la Unión-, esta inédita barbarie nos ha dejado desprotegidos a todos, a merced de la voluntad del gobierno de Morena, de los intereses de los poderes facticos y, lo peor de todo, del crimen organizado.
Si bien es cierto que López volvió a tener un gran triunfo, porque por fin logró concretar su venganza y colocar en la SCJN y en el Tribunal de Disciplina Judicial, a gente que está dispuesta a dar la vida por él, y de esa manera saciar su sed de odio a todos sus oponentes, las elecciones fueron desdeñadas por la inmensa mayoría de los electores.
Somos 100 millones los que componemos el padrón electoral, solo 13 millones se aparecieron por las casillas y de esos, más de tres millones, de diferentes maneras anularon su voto. En otras palabras, menos del 10 por ciento marcaron en alguna boleta electoral algo, pero la realidad es que menos de una persona entre diez votó.
Así como vimos a muchos líderes de opinión y periodistas decir sus razones para no asistir a votar, como que no convalidarían esta farsa, este engaño, y que de alguna manera se les caería la elección, cosa que hasta ahora no ha pasado; vemos a otros diciendo que si la ciudadanía se hubiera volcado en las urnas, se habría derrotado al oficialismo.
No lo creo, ya se les olvidó la elección del año pasado en la que ya estaba cantado que Sheinbaum ganaba; pues bien, en ésta los resultados ya estaban en el horno tibio, esperando a ser servidos. Parece que muchos olvidan que los votos no los contó la ciudadanía, sino que en lo más oscurito del INE. Muchos no se dan cuenta que la desfachatez de la 4t es inconmensurable.
Si algo sabe hacer bien López, son las trampas y engaños, su perversidad es descomunal y su cálculo político es mastodóntico, no sé por qué muchos siguen viendo en Sheinbaum la figura del poder, ella es solo una talibán encargada del despacho, y López sigue operando todo lo que pasa por sus manos.
Claro está, el factor Trump recargado, ni López se lo imaginó, por eso ha tenido que callarse la boca y dejar que García Harfuch opere con cierta libertad, hasta donde los militares se lo permitan.
Vemos a Sheinbaum defendiendo lo indefendible como es su costumbre, nos indigna cuando la escuchamos y vemos en los informativos lucir esa desfachatez y ambivalencia en todo lo que declara. Muchos creen que la peor cara del gobierno mexicano fue la del sexenio pasado, están equivocados, sigue él al mando.
La presidente Sheinbaum, primero se tira por el balcón de Palacio que traicionar a su mesías, así que una y otra vez ratifica su naturaleza de títere de López y, el mismo López es un títere más grande de quien lo maneja, llámense señores del dinero, milicia, crimen organizado, a todos ellos solo les importa sus deleznables y oscuros intereses y seguir exprimiendo a México.
Ahora tendremos una parodia de SCJN, con un presidente de la Corte que se niega a usar la toga, lo cual está estipulado como obligatorio para sesionar en el pleno. En lo particular no tengo nada contra el señor abogado Hugo Aguilar, pero sí contra las señoras Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, ellas son unas delincuentes porque entre otras cosas, las tres cometieron delitos electorales, que por supuesto, quedarán impunes.
Pobre México.
