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22 de mayo de 2025 8:42 pm
México en Cuenta Regresiva y su Reloj Demográfico

México en Cuenta Regresiva y su Reloj Demográfico

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Por Victor Hugo Celaya Celaya..

 vhcc.substack.com

México atraviesa una transformación demográfica profunda y silenciosa: su población envejece a un ritmo acelerado mientras las tasas de natalidad caen a mínimos históricos. Durante décadas, fuimos una nación predominantemente joven, vibrante e impulsada por generaciones numerosas. Hoy, sin embargo, nos aproximamos a un punto de inflexión que amenaza con trastocar los cimientos sobre los que se construyó nuestro sistema económico y social.

Este cambio no es fortuito; está intrínsecamente ligado a las condiciones económicas que han limitado a millones de jóvenes en su proyecto de formar una familia. La incertidumbre laboral, los salarios insuficientes, la precariedad en el acceso a la vivienda y las restricciones para acceder a servicios de calidad han convertido la planificación familiar casi en una estrategia de supervivencia. Surge la pregunta inevitable: ¿cómo traer hijos al mundo cuando el ingreso apenas alcanza para vivir con dignidad?

La Evidencia Numérica de una Transformación Inminente

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de Población (CONAPO) pintan un panorama claro de nuestra realidad demográfica y su evolución reciente:

  • Tasa Global de Fecundidad (TGF): En 1990, cada mujer mexicana tenía en promedio 3.5 hijos. Para 2023, esta cifra se desplomó a 1.6 (INEGI), situándose por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2.1 hijos por mujer.
  • Edad Mediana de la Población: Ha aumentado de 22 años en el 2000 a 30 años en 2023, y esta tendencia ascendente continuará.
  • Proporción de Adultos Mayores (65 años o más): Actualmente, representan el 8.7% de la población total. Las proyecciones indican que para 2050 podrían superar el 20% (CONAPO).
  • Esperanza de Vida: A pesar de retrocesos temporales debido a la pandemia, se mantiene alrededor de los 75 años. Esto implica un mayor número de años de vida que demandarán pensiones, cuidados especializados y atención médica continua.

El envejecimiento poblacional, si bien puede reflejar avances en salud y calidad de vida, se convierte en una bomba de tiempo cuando ocurre en un contexto de marcada desigualdad, alta informalidad laboral y debilidad institucional. Con frecuencia, olvidamos a este segmento crucial de la población que, habiendo sido joven, hoy enfrenta enormes desafíos para satisfacer sus demandas de servicios de salud y sustento. Nos enfrentamos a las siguientes realidades y retos ineludibles:

1. Presión Creciente sobre el Sistema de Salud

  • Las enfermedades crónico-degenerativas, la necesidad de atención geriátrica especializada y los tratamientos prolongados inevitablemente incrementarán los costos del sistema de salud.
  • México cuenta con una alarmante escasez de especialistas: aproximadamente 1 geriatra por cada 10,000 adultos mayores. Una gran parte del personal de salud carece de la capacitación específica para atender las necesidades de esta población en expansión.

2. Un Sistema de Pensiones al Borde del Colapso

  • Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 6 de cada 10 adultos mayores carecen de una pensión o reciben montos inferiores o equivalentes a 3,000 pesos mensuales, insuficientes para una vida digna.
  • Las Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES), concebidas para un modelo de empleo formal y trayectorias laborales continuas, no logran garantizar una vejez digna para millones de personas que han trabajado en la informalidad o con ingresos consistentemente bajos.

3. Reducción Progresiva de la Población Económicamente Activa (PEA)

  • En pocos años, el número de personas en edad de retiro podría superar al de aquellas en edad productiva.
  • Esta inversión de la pirámide poblacional implica una base más reducida de contribuyentes, lo que se traduce en menor recaudación fiscal y una presión creciente sobre los sistemas de seguridad social y los recursos públicos necesarios para afrontar la demanda.

El Riesgo Latente de la Tentación Populista

Frente a esta compleja realidad fiscal y social, no han faltado sugerencias de recurrir a los ahorros de los trabajadores acumulados en las AFORES para cubrir déficits presupuestarios. Aunque estas propuestas se han contenido hasta ahora, el riesgo persiste. En una economía caracterizada por un crecimiento débil y una política fiscal con márgenes limitados, siempre existirá la tentación de considerar los fondos de retiro como un recurso de fácil acceso a corto plazo.

¿Y los Jóvenes? La Otra Cara de la Medalla Demográfica

Paralelamente al envejecimiento poblacional, millones de jóvenes mexicanos enfrentan un panorama laboral desolador: desempleo, subempleo o inserción en la economía informal. De acuerdo con el INEGI, más del 50% de los jóvenes no tienen acceso a un empleo formal que les brinde seguridad social y prestaciones. Estamos desperdiciando el potencial de nuestra juventud hoy, lo que inevitablemente condena al país a un futuro sin el soporte necesario cuando su población mayoritaria envejezca. Un país que no invierte en el presente de su juventud, difícilmente tendrá quien lo sostenga en el futuro.

Hacia un Futuro Sostenible: Propuestas Clave para Evitar el Colapso

México aún dispone de una ventana de oportunidad para mitigar los efectos de esta transición demográfica. Sin embargo, el tiempo apremia. Ignorar esta realidad hoy significa transferir una factura impagable a las próximas generaciones. Para enfrentar estos retos, se proponen las siguientes líneas de acción:

  1. Reformar Integralmente el Sistema de Pensiones:
    • Diseñar e implementar un sistema mixto y universal que incluya a quienes han laborado en la informalidad, reconociendo sus contribuciones no formales a la economía.
    • Establecer un ingreso básico universal que garantice una vida digna para todos los adultos mayores.
  2. Fortalecer los Servicios de Salud Geriátrica:
    • Invertir significativamente en la formación de médicos geriatras y personal de enfermería especializado.
    • Ampliar y mejorar la infraestructura para la atención de largo plazo y cuidados paliativos.
  3. Diseñar Políticas de Estímulo a la Natalidad Responsable y Apoyo a las Familias:
    • Expandir la red de guarderías públicas, asegurando su calidad y accesibilidad.
    • Ampliar los permisos de maternidad y paternidad, fomentando la corresponsabilidad en el cuidado.
    • Implementar incentivos fiscales progresivos para familias jóvenes.
  4. Reintegrar a los Adultos Mayores a la Vida Productiva y Social:
    • Promover el empleo para personas mayores («senior») mediante esquemas flexibles y adaptados a sus capacidades.
    • Impulsar programas de mentoría intergeneracional y capacitación digital para cerrar la brecha tecnológica.
  5. Implementar una Planificación Demográfica Estratégica de Largo Plazo:
    • Integrar la variable del envejecimiento poblacional en la planificación de infraestructura, transporte, vivienda, salud, educación y, crucialmente, en la asignación del gasto público.
    • Crear un Consejo Nacional de Envejecimiento y Desarrollo, un órgano autónomo que diseñe, supervise y evalúe estrategias transversales con visión de Estado.

No basta con preguntarnos cuántos años vamos a vivir, sino cómo vamos a vivirlos y con qué calidad de vida. El verdadero dilema que enfrentamos como nación es si aspiramos a ser un país que envejezca con dignidad, seguridad y respeto, o uno que se deteriore progresivamente en el abandono y la precariedad. Definitivamente la decisión está en nuestras manos.

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