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9 de mayo de 2025 9:54 pm
CONTRIBUYE LA UNAM A LA CONSECUCIÓN DE LAS METAS DE LA AGENDA 2030

CONTRIBUYE LA UNAM A LA CONSECUCIÓN DE LAS METAS DE LA AGENDA 2030

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·        Miguel Armando López Leyva clausuró los trabajos del Seminario Internacional de Primavera, “El buen gobierno en el siglo XXI”

·        El problema crucial de la gobernanza se ubica en la política, dijo Luis F. Aguilar ante Alejandro Chanona Burguete y Eduardo Robledo Rincón

La UNAM refrenda su compromiso con la difusión del conocimiento y la promoción de espacios de discusión en donde todas las voces sean escuchadas y puedan analizar con apertura y libertad, enfatizó el coordinador de Humanidades de esta casa de estudios, Miguel Armando López Leyva.

Al clausurar el Seminario Internacional de Primavera, “El buen gobierno en el siglo XXI”, exhortó a continuar la reflexión y a actuar desde los espacios académicos y de incidencia pública en el logro del objetivo central de la Agenda 2030: no dejar a nadie atrás.

Destacó que, a partir de distintas perspectivas disciplinarias y ámbitos de acción, en el encuentro se analizaron los principios, conceptos, mecanismos, procesos, componentes, agentes, prácticas, límites y alcances acerca del buen gobierno en este siglo.

Las actividades del Seminario se alinean con el horizonte planteado por dicha Agenda y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales son una propuesta que incluye tres pilares del progreso: económico, social y medioambiental, frente a un entorno global crítico que compete y compromete tanto al presente como al futuro, refirió.

Antes los titulares de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y del Programa Universitario de Gobierno (PUGOB), Alejandro Chanona Burguete y Eduardo Robledo Rincón, respectivamente, aseguró que, debido a su compromiso con la nación y fiel a su historia, la Universidad Nacional participa a partir del cumplimiento de sus funciones sustantivas en el esfuerzo colectivo para el logro de las metas de la Agenda.

Lo anterior, precisó, se expresa de manera clara en el Plan de Desarrollo Institucional 2023-2027 de la Rectoría y, en especial, en las acciones de las entidades del Subsistema de Humanidades para la construcción de la agenda de investigación en esta área y en ciencias sociales. Este encuentro es muestra de ello, en consonancia con los propósitos del PUGOB y las labores de la FCPyS.

López Leyva apuntó que el Seminario se propuso examinar las democracias desafiadas, el gobierno de los estados en el siglo XXI, el futuro del buen gobierno, la gobernanza, los gobiernos unificados y divididos, los problemas políticos, por ejemplo.

Se discutió cómo pensar el buen gobierno y su vínculo con la nueva gobernanza universitaria, con la integridad y la anticorrupción, el papel de la inteligencia artificial, la transición digital, el género y las políticas públicas en contextos de amenazas conservadoras.

El problema está en la política

Antes, en la conferencia magistral de clausura, Los problemas políticos y las soluciones limitadas de la gobernanza del siglo XXI, Luis F. Aguilar, del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, recalcó:

El problema crucial de esta se ubica en la política, que es una actividad que se ejerce dentro del marco del ordenamiento normativo del Estado, que estructura la sociedad actual, y posibilita la convivencia y el progreso, entre otros aspectos.

Asimismo, el doctor en Filosofía con estudios de posgrado en la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma, y en la Universidad Estatal Eberhard Karls de Tubinga, Alemania, aseveró que la representación política se realiza mediante la interlocución del dirigente gubernamental con los ciudadanos, que tienen y manifiestan diferentes posiciones sobre las causas de los problemas sociales y las acciones para gestionarlos.

El proceso de interlocución y la deliberación gubernamental ciudadana es el foco de conocimiento fundamental de la política. Sin embargo, sabemos que eso no es fácil; es tenso, polémico, antagónico, estimó.

El gobierno y sus funcionarios, la clase política y los ciudadanos tienen intereses y preferencias diferentes; tratan de establecer pulsos de poder a fin de que su interés particular sea el dominante o, por lo menos, no sea excluido o implique costos inaceptables.

Para reducir el desfase entre los valores humanos irrenunciables, reconocidos, respetados y resguardados por el Estado, y los hechos limitantes de nuestra vida humana, no hay más opción que ser congruentes con la valoración racional de la persona, y no renunciar a recuperar la significación pública de la política y las condiciones que la hacen posible, consideró.

Debemos estar convencidos de que la opción de estados totalitarios, y gobiernos autocráticos, teocráticos, plutocráticos, dilata la brecha entre los valores y los hechos humanos, y la vuelve más sombría, amplia y vejatoria, alertó.

Al comentar la ponencia, Matilde Luna Ledesma, del Instituto de Investigaciones Sociales, expuso que la deliberación, incluso como mero mecanismo de toma de decisiones y más que otros, como la votación o la negociación, permite llegar a acuerdos por consenso, los cuales favorecen la legitimidad y efectividad de las decisiones.

Empero, hoy predomina en varios países un patrón de gobernanza unipersonal, exclusiva del dirigente gubernamental. Podría decirse que hay un retroceso, una involución, y se observa un debilitamiento o desaparición de consejos ciudadanos, resaltó.

Cristina Puga Espinosa, docente y exdirectora de la FCPyS, mencionó que el proyecto deliberativo es una tarea ardua, muchas veces improbable y que demanda de un esfuerzo de los actores que intervienen, y principalmente de los gobiernos. A ellos corresponde ofrecer espacios reales de discusión y garantizar una composición plural, incluyente y lo más representativa posible de los actores interesados en determinados procesos. Solo así la gobernanza colaborativa se constituye en parte constitutiva de una democracia incluyente y participativa.

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