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3 de febrero de 2025 11:51 am
Populismo e ignorancia o Ignorancia por populismo

Populismo e ignorancia o Ignorancia por populismo

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  • El populismo es incompatible con el progreso, señalan los expertos.

Existen pueblos adictos a inyecciones de engaña pichanga…

dejen ya de alimentar en colisión constante

complejos étnico-coloniales de amo y esclavo

contra el fundamento del trabajo (única fuente de real liberación).

Poema Populismofascista deFrancisco López Santos

Los políticos -aquellos muy preparados- en todo el mundo cuestionan las tácticas que usa el populismo para controlar a la gente preparada o no, sin importar su estatus social. Sobre todo en Latinoamérica (incluido México) apuestan a la ignorancia como el combustible de su mando sin miramientos.

Estamos en una guerra entre incultura contra el conocimiento. Es cierto que generalmente ya en el poder, los populistas se disfrazan como incultos, pero defienden con todo sus tesis bajo el argumento de venir de las bases populares.

Lo cierto es que el populismo es un fenómeno complejo que no puede reducirse únicamente a una estrategia basada en la ignorancia de la gente. Si bien es cierto que algunos líderes populistas han explotado la falta de educación o la desinformación para consolidar su poder, también surge como una respuesta a problemas estructurales como la desigualdad, la corrupción y/o la falta de representación política.

Ahora para empezar este 2025, la Cultura Impar no ha encontrado –hasta el momento- a algún analista que coloque a Donald Trump como un populista consumado, pero con sus hechos lo muestra día con día. Sí, republicano por ideología, que encontró cómo dar respuesta a la necesidad de millones de estadunidenses que quieren –a costa de lo que sea- conservar su sedentaria vida, al menor esfuerzo y dejar que sean otros quienes trabajen por ellos.

Y entre muchas palabras y acciones mediáticas, su gobierno empieza a darles exactamente lo que quieren en el corto plazo, sin medir consecuencias futuras en torno a la economía interna del país más poderoso.

Aunque con características distintas al populismo tradicional latinoamericano. Su estilo político se alinea con el populismo de derecha. Tiene sus rasgos especiales, ya que presenta a las élites políticas, mediáticas y económicas como corruptas y desconectadas del “pueblo real” en EU.

Donald Trump se posiciona como un líder outsider que lucha contra lo que considera un sistema obsoleto y ajeno al pueblo norteamericano. O sea, 100% sí.

No es algo nuevo, pero su lema “America First” refleja una visión que prioriza la economía y la seguridad de Estados Unidos sobre la cooperación internacional e impulsa políticas proteccionistas, como la guerra comercial con China y el rechazo a tratados globales.

Divide a la sociedad en “ellos” (inmigrantes, medios, demócratas) y “nosotros” (americanos trabajadores y patriotas). Exagera amenazas externas e internas, como el crimen y la migración, para consolidar su base de apoyo y, claro, fortalecer su estatus de poderío. Ahí está lo que recién hizo con Colombia, aunque los analistas europeos aseguran que fue un trabajo consensado entre ambos países para llamar la atención.

Ahora Trump se presenta como un líder fuerte que “dice las cosas como son” y desafía políticamente lo que le conviene.

También minimiza el papel de las instituciones y busca gobernar con su estilo personal, a menudo a través de redes sociales. ¿A quién nos recuerda aquí en México?

Desacredita a los medios de comunicación llamándolos “fake news”. Ignora consensos científicos cuando no convienen a su discurso como lo ha hecho ya con en el cambio climático o la pandemia.

En pocas palabras, EU encarna un populismo de derecha basado en el nacionalismo, la polarización y el liderazgo personalista, con diferencias respecto al populismo latinoamericano, que tiene un enfoque más estatista y redistributivo.

Así con nuestros vecinos: ¿quién copia a quién?

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