(CNN Español) – Ismael “El Mayo” Zambada se presentó en una corte en Nueva York para conocer los 17 cargos relacionados al narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas que enfrentará.
Acompañado por su equipo legal, contestó varias preguntas del juez, como si entendía los cargos en su contra y sus derechos, con un “sí” o un “sí señor”.
Permaneció inexpresivo mientras los fiscales federales le calificaban como uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo, si no el más poderoso, antes de su detención el 25 de julio.
Tras ser instruido, Zambada se declaró inocente de todos los cargos que enfrenta.
Delgado, vistiendo un uniforme caqui y sin esposas, el Mayo fue acompañado por un grupo de alguaciles y sus abogados para entrar y salir de la corte. Durante la audiencia mostró signos de su edad y sus complicaciones de salud, ya que además de requerir ayuda para levantarse de su asiento parecía cojear mientras era conducido fuera de la sala bajo custodia.
El juez concedió una solicitud de los fiscales estadounidenses para que Zambada permanezca detenido de forma permanente mientras espera el juicio. Los fiscales se opusieron a su puesta en libertad antes de que se celebren nuevos procedimientos judiciales por dos motivos: que es un peligro extremo para la comunidad y que existe riesgo de fuga. “Una celda en una cárcel de EE.UU. sería lo único que evitaría nuevos delitos”, declaró el fiscal estadounidense Francisco Navarro.
La próxima audiencia en el caso será el 31 de octubre. Será ante el juez Brian Cogan, el mismo que supervisó los procedimientos que llevaron a la condena del Chapo Guzmán en 2019.
Si es declarado culpable de todos los cargos, Zambada, de 76 años, se enfrentará a una pena mínima de cadena perpetua y podría ser elegible para la pena de muerte.
Su abogado, Frank Pérez, dijo este viernes que su cliente “está muy bien” y aseguró que no se negociará un acuerdo con las autoridades estadounidenses y que espera que el caso contra el mexicano sea llevado a juicio.
Zambada está bajo custodia de Estados Unidos desde el 25 de julio, cuando aterrizó en un avión privado en un aeropuerto de las afueras de El Paso en compañía de otro líder fugitivo del cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán López, según las autoridades federales, tal como reportó previamente CNN.
Zambada declaró posteriormente en una carta que fue secuestrado a la fuerza en México y llevado a EE.UU. por Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán.
Fue trasladado a Nueva York el jueves por la noche después de que él y el Gobierno acordaran suspender los procedimientos de su acusación en Texas hasta que se resolviera su caso en Nueva York.
En una carta al juez del caso, los fiscales que pidieron que se lo detuviera de forma permanente hasta el juicio calificaron a Zambada de “uno de los narcotraficantes más notorios y peligrosos del mundo”.
“El acusado mantenía un arsenal de armas de grado militar para proteger su persona, sus drogas y su imperio”, escribieron. “Sus fuerzas de seguridad privadas, fuertemente armadas, eran utilizadas como guardaespaldas personales y como protección para los cargamentos de droga en México, Colombia, Ecuador y otros países. Además, contaba con una cuadrilla de ‘sicarios’ que llevaban a cabo horribles asesinatos y secuestros con el fin de mantener la disciplina dentro de su organización, protegerse de los desafíos de sus rivales y silenciar a quienes cooperaran con las fuerzas del orden”.
Esto incluyó ordenar el asesinato, hace solo unos meses, de su propio sobrino, según los fiscales.
