La diversidad cultural es una forma de expresar el valor
Y la riqueza de las diferentes formas de convivir en el mundo.
¿Es posible la diversidad social en México, o solo mero formulismo político?
Aunque pareciera que la diversidad social en nuestro país es ya una realidad palpable y va más allá de meros formulismos políticos, la verdad es que su reconocimiento y plena integración en la sociedad mexicana enfrenta desafíos significativos.
Son cuestiones que definitivamente podrían tomar más de un lustro y MUCHA, MUCHÍSIMA educación desde las escuelas para ir permeando como tratar este tema y afrontar sus complejidades.
Antes que nada, saber que venimos de una gran diversidad étnica y cultural.
- Pueblos Indígenas: México es hogar de una gran cantidad de pueblos indígenas con más de 68 lenguas diferentes. Grupos que dan una rica diversidad cultural al país.
- Afrodescendientes: Particularmente en estados como Guerrero, Oaxaca y Veracruz, que contribuye a la diversidad cultural y social.
De ahí, que también los enfoques –sí, ya desde las escuelas- deben sostener aquellos conceptos que, de manera clara, definan lo que en realidad contiene la diversidad de Género y la Orientación Sexual
Movimiento LGBTQ+: Hay avances en el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTQ+, incluyendo la legalización del matrimonio igualitario en varios estados. Existen políticas y leyes que buscan proteger y promover los derechos de las mujeres y las personas de la comunidad LGBTQ+.
Pluralidad Religiosa: Aunque el catolicismo es la religión predominante, hay una creciente pluralidad religiosa con presencia de diversas denominaciones cristianas, así como de otras religiones como el islam, el judaísmo y el budismo.
Diversidad Socioeconómica, donde la disparidad económica sigue siendo un gran desafío, con amplias diferencias entre regiones urbanas y rurales, y entre diferentes grupos socioeconómicos.
Inclusión Social: Programas gubernamentales que buscan reducir la pobreza y promover la inclusión social, aunque con resultados mixtos.
Pero se enfrentan grandes desafíos y obstáculos:
- La discriminación racial, étnica, de género y orientación sexual sigue siendo un problema significativo.
- Falta de Representación de grupos diversos en posiciones de poder y toma de decisiones.
- A menudo, las políticas inclusivas no se implementan de manera efectiva, y los avances legislativos no siempre se traducen en cambios reales a nivel local y comunitario.
Sin embargo –aunque insuficientes- son constantes los esfuerzos por la inclusión, ya sea en materia de educación y sensibilización, como las constantes campañas y programas educativos para promover una mayor aceptación y comprensión de la diversidad.
También se queda corto el compromiso de Organizaciones de la Sociedad Civil, donde ONGs y movimientos sociales trabajan activamente para defender los derechos de los grupos marginados y promover la inclusión.
Si bien existen avances significativos y un reconocimiento creciente, la diversidad social en México es una realidad compleja y multifacética. Persisten desafíos importantes en términos de discriminación, desigualdad y falta de representación.
Para que la diversidad deje de ser un mero formulismo político y se convierta en una realidad plena y efectiva, es necesario seguir promoviendo y ejecutando políticas inclusivas, la educación y la sensibilización social, a si como el fortalecimiento de la representación de todos los grupos en la sociedad mexicana.
La diversidad es el poder de crear y aprender, de compartir y respetar; de dialogar y cooperar. Cada cultura es un tesoro que hay que cuidar y valorar. No hay mejor forma que aceptar a cada persona como es.
La diferencia es la esencia; es historia, es memoria; nos enriquece, abre la mente, nos enseña a ser tolerantes, a comprender al otro, a comprender su razón y entonces, intentar -al menos a intentar- vivir en paz y armonía.
