DE: Tlatelolco

Por Alejandro Villegas….
La conmemoración de la tragedia de Tlatelolco a 55 años de distancia, recuerda uno de los hechos más cruentos del país.
Una tragedia que por más apertura que se comprometió, aunada a la entrega de archivos no termina de arrojar un esclarecimiento del caso.
En términos generales se trata de un caso cerrado, ya que la mayoría de quienes podrían ser señalados como eventuales responsables están muertos.
Sin embargo, la percepción generalizada es que se trató de un crimen de estado, en el que las fuerzas armada tuvieron una participación destacada.
El 2 de octubre no se olvida y está presente en la mente de la colectividad mexicana, y en el caso del ciudadano presidente el total esclarecimiento de los hechos es un claro pendiente.
Otra de las promesas que al igual sucede con la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa quedará en la sección de los pendientes e incumplimientos.
De cualquier forma, queda claro que la tragedia de Tlatelolco, quedará aún como un pendiente social.
Solo un dato meramente referencial que no implica culpa alguna. El general Marcelino García Barragán, quien fue señalado en su momento, como uno de los actores más destacados de la masacre, fue padre de Javier García Paniagua, quien, a su vez, es padre de Omar García Harfuch.
Cuentas
Por horas y formas que busque el ciudadano presidente para tratar de proyectar que trabaja intensamente no hay manera alguna de que agregarle horas o días al calendario.
El reloj sexenal avanza sin detenerse.