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28 de marzo de 2024 12:33 pm
DE: Choro

DE: Choro

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Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente se lanzó contra el ciudadano rector de la UNAM con un discurso que sin duda alguna la oposición utiliza en contra del inquilino de Palacio Nacional.
El argumento de que se trató de un choro mareador, sin llegar a conclusiones, se asemeja mucho en los hechos a los mensajes prolongados que suele expresar el ciudadano presidente para hablar de sus adversarios, sin mayor precisión.
Y en los que recurre tanto al pasado, como al conservadurismo, como figuras comunes, sin precisar de quien se trata, en lo que se ha convertido en un choro más que repetitivo.
Una acción que lleva al linchamiento político al que también hizo alusión, al arremeter contra el ciudadano rector de la UNAM.
Esa acción sin duda se equipara a los juicios sumarios que sin más sustento que sus expresiones verbales suele realizar en un monólogo incansable, en contra de sus adversarios.
Y que termina con la teoría añeja del complot, que de suyo se aprecia desgastada, porque no pasa de ser un choro mareador sin mayor consecuencia, porque el ciudadano presidente no se anima a proceder legalmente o en el terrero de los hechos contra los presuntos instigadores.
En conclusión, no queda más que concluir que quien las hace no las tolera. O bien que, al parecer en materia de choros mareadores y linchamientos políticos, el ciudadano presidente quiere ejercer un monopolio.
Amlitos
De verdadera risa la acción que promueve con total descaro el ciudadano Mario Delgado, al buscar que en un acto de desobediencia civil las y los ciudadanos suban a redes fotos con los muñecos que llaman amlitos, contraviniendo la disposición del máximo tribunal electoral del país, que prohíbe su uso.
Evidentemente, Morena y el ciudadano Mario Delgado no se cansan de tratar de pasar sobre las normas ya sea sacándoles la vuelta, aprovechando resquicios legales, o bien mediante abiertos retos que representan algo más que un berrinche.
Allá las y los ciudadanos si les hacen caso, a fin de cuentas, lo que queda claro es que al menos el ciudadano Mario Delgado no está dispuesto a respetar las normas ni las determinaciones de los magistrados del máximo tribunal electoral del país

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