DE: Desacuerdo

Por Alejandro Villegas…
La ciudadana jefa de Gobierno de la CDMX acató la resolución del INE, para deslindarse de las pintas en bardas y expresiones de apoyo, para evitar que se consideren como actos anticipados de campaña.
Pero fiel al estilo de la 4T, anticipó que apelaría la resolución del INE.
Lo que no entiende la ciudadana jefa de Gobierno es que, en el plano formal, es decir de acuerdo a la Ley el proceso electoral para renovar el poder Ejecutivo nacional comenzará hasta septiembre de 2023.
Antes de eso no hay nada, de ahí que tanto su reciente expresión de que, si quiera ser presidenta del país, resulta inadecuada.
Una cosa es que el ciudadano presidente busque adelantar el proceso de definición de su candidato, de acuerdo a la conducta de Morena tratando de sacarle la vuelta a la ley, cambiándole a las cosas de nombre.
Aunque insiste en que el método será la elección e incluso selecciona a los eventuales participantes, definiéndoos como “corcholatas”.
Y otra cosa es que los aspirantes como ellos acepten públicamente que aspiran a ser nominados.
Pero el hecho de que participen en mítines de campaña disfrazados de sesiones informativas, además de placearse públicamente por diversas plazas del país, constituye de manera evidente en abiertos casos de promoción de sus imágenes.
En tanto que quienes realizan manifestaciones de apoyo y consideren que por no consignar o hacer alusión directa a la presidencia de la República o a una postulación directa, están al margen de la ley y por tanto no la violan, no pueden ignorar que están bajo la lupa.
En concreto, el panorama es complejo y la reacción de la ciudadana jefa de Gobierno solo pone de manifiesto que al igual que el resto de las corcholatas morenistas, está dispuesta a continuar transitando por la vía alterna, para tratar de pasar por encima de la norma.
Y con ello, insulta no sólo la inteligencia de la autoridad, sino de la sociedad en general.
Marcelo
El anuncio del ciudadano Marcelo Ebrard de que a partir de enero comenzará a recorrer los 300 distritos electorales del país, con el evidente propósito de promocionarse de cara a la encuesta que definirá al candidato o candidata de Morena a la presidencia de la República debe tener un efecto entre la autoridad electoral.
Obviamente que la oposición denunciará en su momento, pero desde ahora, bien harían los ciudadanos consejeros de INE en reaccionar en automático.