DE: Sucesión

Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente no sólo se mantiene en campaña, también adelanta el resultado de la elección de 2024.
Con total descaro asevera, como poseedor de la verdad absoluta, que sus adversarios no regresarán al poder y entregará la Presidencia de la República a un integrante de su movimiento.
De ese tamaño es su necesidad de mantenerse en campaña, como lo ha estado desde el primer día de su gestión, para tratar de asegurar la continuidad de la 4T en el poder.
Y en este momento, primordialmente para tratar de desviar la atención social del panorama adverso que se aprecia en los planos económico y social.
La crisis económica que se avizora en el corto y mediano plazo, y que terminará por afectar a una parte considerable de la población.
Aunada a un panorama adverso en el plano de seguridad, en donde la presencia de las fuerzas armadas en las calles no ha sido suficiente para superar a las fuerzas del crimen organizado y abatir los niveles de inseguridad.
Sin dejar de lado, por supuesto, la situación que priva en el ramo de la salud, en donde no se termina de conformar el sistema de calidad que se prometió y en el que prevalece el desabasto de medicamentos.
La aseveración del ciudadano presidente, en paralelo, pone en evidencia su abierta intromisión en el proceso electoral al tratar de influir mediante declaraciones y afirmaciones fugaces, de difícil sustento, en el ánimo del electorado.
Pareciera que al ciudadano presidente le urge salir de una encrucijada complicada, para alzarse con un triunfo que al momento sólo el aprecia.
O será que en el marco de austeridad republicana o pobreza franciscana que caracteriza a la 4T, lo que plantea de manera indirecta el ciudadano presidente es ahorrar en el gasto de la elección federal y de una vez, en directo, entregar el poder a su sucesor o sucesora. Al fin y al cabo, ya hizo público el resultado.
¡Paren prensas y suspendan la elección, el ciudadano presidente ya decretó el resultado ¡
Seguridad
La silente participación de los ciudadanos secretarios de la Defensa Nacional y la Marina Armada de México, en la comparecencia de la ciudadana secretaria de Seguridad Pública permite apreciar la poca apertura al diálogo que existe en las fuerzas armadas del país, con el poder Legislativo.
Si las fuerzas armadas permanecerán en las calles realizando tareas de seguridad pública hasta 2028, lo menos que podría esperarse es un diálogo abierto y franco con quienes avalaron en principio su permanencia.
Sin embargo, lo que se aprecia es arrogancia, por denominarlo de alguna forma con suavidad.