DE: Transparencia

Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente insiste en tapar el sol con el dedo.
Ante la cauda de información que comienza a salir a la luz, tras el hackeo informático a la Sedena, argumenta que todo se informa y es del dominio público.
Sostiene que no son iguales a sus antecesores y desde el discurso de expresión fácil busca salir adelante, con base a su credibilidad.
Pero falta a la verdad, al menos de manera parcial.
Por ejemplo, porque nunca informó sobre su estado de salud a pesar de que había asumido el compromiso de hacerlo.
Además de que hay información clasificada sobre la adquisición de vacunas y el tren maya, por citar solo algunos ejemplos.
En el caso de temas que se desarrollan en tribunales y aquellos que son de verdadera seguridad nacional la reserva es entendible, pero hay rubros en los que simplemente la secrecía llama a la sospecha.
Si todo se informa en la 4T, no habría solicitudes de información sin ser atendidas y estaríamos en un país totalmente diferente.
El ciudadano presidente presume una transparencia total que está lejos de existir en los hechos.
Desde la tribuna mañanera esgrime su verdad y espera que la colectividad le crea, para salir airoso, con una sonrisa a flor de labios, pero la verdad es que falta a su compromiso de no mentir.
Permanencia
La permanencia de las fuerzas armadas en las calles en labores de seguridad pública se ha convertido en una obsesión del ciudadano presidente.
Sin embargo, no ha considerado que para respaldar su posición hacen falta resultados contundentes.
Informar por ejemplo cuántos y cuáles líderes de grupos criminales han sido capturados y procesados durante los últimos cuatros años. Y la verdad es que la relación sería muy corta. El más destacado es el ciudadano Rafael Caro Quintero.
El clima de inseguridad está ahí y la presencia de una corporación con capacidad de acción es innegable, pero también los resultados contundentes que justifiquen esa presencia son indispensables.