Por Alejandro Villegas…
Como si se tratará de una decisión coloquial, el ciudadano presidente señala que la producción de cerveza podría mudarse a los estados del sureste nacional.
Así, sin acuerdo previo con los empresarios del ramo, presenta su decisión, como una alternativa para salir adelante del problema del agua que afecta particularmente Nuevo León.
Sin duda, la expresión verbal es más sencilla que mudar a una empresa, una industria de la que depende en gran medida la economía y sustento de no pocas familias y que debe realizarse, en caso positivo en años y con una debida planeación.
Sin embargo, fiel a su estilo, el ciudadano presidente expresa lo que parece una opción sensata, sin mayor precisión de los tiempos y circunstancias que la rodean.
Pero el ciudadano presidente no se enfoca solo en la industria cervecera, busca abarcar a las empresas cuyo desempeño han incidido en la escasez del vital líquido, con lo que se podría afectar en gran medida la economía regional.
En lo inmediato, habrá que estar atentos a la reacción no sólo de los industriales de la cerveza, y la industria en general, sino en la percepción de las familias que económicamente dependen de ella.
Y, sobre todo, habrá que evaluar si el ciudadano presidente consideró la conveniencia o no de tener un acercamiento previo con los empresarios del sector, o solo se limitó a presentar verbalmente una propuesta grata del oído, pero de cumplimiento complicado, con el propósito de ganar el aplauso del respetable.
En este como en muchos casos la planeación y la conciliación son indispensables, antes de presentar opciones como determinaciones por más sensatas y obvias que parezcan.
Movimiento
Los ciudadanos Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López se mueven por doquier en una abierta labor de proselitismo personal, que tiene como propósito principal proyectar su imagen en aras de hacerse de la candidatura presidencial de Morena, sin que el árbitro electoral tome cartas en el asunto.
El propósito es más que obvio y alentado lo mismo desde Palacio Nacional que desde la dirigencia nacional de Morena, por más que no se presenten como aspirantes a la candidatura. En estos casos las argucias verbales, no debieran ser un obstáculo para la actuación del árbitro electoral.
