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25 de noviembre de 2024 8:49 am
DE: Complot

DE: Complot

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Por Alejandro Villegas…

El ciudadano presidente elude la confrontación con la Iglesia, y para ello recupera la teoría del complot.
Aprecia la mano negra de los conservadores, así en general como es su costumbre sin atreverse a hacer un señalamiento en concreto, y con una figura tan generalizada como añeja, que se remonta a la época de Porfirio Díaz.
Los conservadores es quizá el recurso verbal más utilizado por el ciudadano presidente, tan vago como impreciso, pero con el que ha ganado el respaldo del pueblo bueno, pero en donde, aunque pueden entrar todos, nunca habla de nadie en específico y lo peor no se atreve a hacer un señalamiento concreto o iniciar un procedimiento legal, al presentar la denuncia correspondiente ante las autoridades.
Lo que queda claro, en el caso de Iglesia, es que el ciudadano presidente terminó por medirle el agua a los camotes y elude abiertamente un conflicto, enfocando sus baterías cual Quijote contra la suerte de molinos de viento que representan los conservadores, para embestirlos a la espera de la victoria que será festejada únicamente por sus aplaudidores.
El rol de permanente víctima del complot de sus adversarios, que ha jugado el ciudadano presidente en esta ocasión es recuperado para mermar el nivel de confrontación con un adversario peculiar, cuya influencia social es mayor que la suya, por lo que si bien lanzó la piedra ahora esconde la mano, para señalar como culpables con dedo flamígero a los conservadores.
Un esquema de operación evasiva que de tanto usarse, tarde que temprano terminará por asemejarse a aquel cuento de Pedro y el lobo.
Libertad
De franca carcajada la propuesta del ciudadano presidente en torno a una iniciativa para que la estatua de La Libertad que pertenece a los estadounidenses sea removida.
Si el ciudadano presidente considera que tiene un nivel de influencia internacional que le permitiría lanzar con seriedad una acción de tal envergadura, no cabe duda que cuenta con una auto estima más que elevada.
En esta ocasión, los encuestadores tienen ante sí la invaluable oportunidad de realizar un sondeo para ver si en realidad el pueblo bueno considera que la propuesta del ciudadano presidente tendría la mínima oportunidad de salir airosa.
Pero a nivel de ocurrencia francamente fue hilarante.

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