Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente alienta el proceso sucesorio de 2024 y trata de imponerle un sello de apertura, que está muy lejos de serlo.
Impone ritmo, tiempo y participantes, por supuesto a su gusto.
Esgrime publicamente los aspectos positivos de la ciudadana Jefa de Gobierno, el ciudadano Canciller y el ciudadano secretario de Gobernación, dejando abierta la posibilidad de que cualquiera de ellos pueda ser su sucesor en 2024.
Pero declina pronunciarse abiertamente a favor de alguno de ellos, con lo que mantiene el control del proceso sucesorio.
Sin embargo, desde la rebeldía que le caracterizó, a finales del siglo pasado cuando renunció al PRI, por negarle la candidatura a la gubernatura de Zacatecas, Ricardo Monreal insiste en una elección abierta, para elegir al candidato presidencial de Morena.
Y con ello se incluye en la carrera sucesoria, de la que hasta el momento el ciudadano presidente ha tratado de excluirlo.
Lo que, sin duda, se traduce en un abierto acto de rebeldía que puede complicar la elección del candidato de Morena a la Presidencia en 2024.
Y mermaría en alguna medida su capacidad de convocatoria.
Reforma electoral
Todo indica que la reforma electoral se concretará pero no en los términos y tiempos que pretende establecer el ciudadano presidente.
El bloque opositor tiene su propia propuesta y en torno a ambas posiciones deberá desarrollarse un amplio debate.
