Por Alejandro Villegas…
Tengan o no razón los opositores a la construcción del Tren Maya, lo cierto es que aún no existen todos los estudios de impacto ambiental, ni los permisos correspondientes, para seguir adelante con el proyecto prioritario de la 4T.
Por más críticas que emita el ciudadano presidente para tratar de minimizar el caso, lo primero que debiera recordar es el compromiso de que nadie puede estar al margen ni por encima de la ley.
Si se requieren de esos estudios de impacto ambiental, tendría que ordenar a las autoridades correspondientes que se satisfagan todos los requisitos.
En tanto todas las descalificaciones que realice el ciudadano presidente, así como los señalamientos contra empresas foráneas, están fuera de lugar.
Pareciera que el ciudadano presidente quiere que nos concentremos en el bosque y no en el árbol que obstruye el paso, en una acción moral y políticamente incorrecta, para pasar sobre él.
No hay que perder de vista que tanto la Sedena como la Semarnat han reconocido la falta de manifestación de impacto ambiental, en algunos tramos del Tren Maya.
El progreso y las acciones en pro del desarrollo del sureste nacional, son deseables, pero de ahí a que se pase por encima de las normas hay una enorme distancia que por lo que se aprecia el ciudadano presidente y su séquito no están dispuestos a respetar.
Respaldo
El respeto a la autonomía del ciudadano fiscal, expresada y reconocida por el ciudadano presidente, es una muestra de que está dispuesto a mantenerlo en el cargo, a pesar de todos los señalamientos adversos, incluido por supuesto el diferendo que sostiene con el ciudadano ex consejero jurídico de la Presidencia.
Lo que lleva a recordar aquella vieja demanda de la oposición, de que todo funcionario que estuviera en una situación similar se separara del cargo en tanto se esclareciera el panorama.
Sin duda, desde la comodidad de Palacio Nacional cambia la forma en que se aprecia el diario acontecer nacional.
