La posibilidad de que estalle una guerra mundial como consecuencia del desplazamiento de soldados rusos a las inmediaciones de su frontera con Ucrania ha llevado a los ministros de Exteriores de la Unión Europea a reunirse este lunes con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken con el fin de consensuar una respuesta común.
Aunque Vladimir Putin ha insistido en que su intención no pasa por declarar una guerra a su país vecino pese a que ha mostrado su firme rechazo a que Ucrania ingrese en la OTAN, lo cierto es que desde Estados Unidos consideran que sus movimientos suponen una clara señal, abogando por prepararse para una posible intervención que comenzaría con la retirada de los familiares de sus diplomáticos en el antiguo territorio ruso.
Aunque Reino Unido se adhiere a esta idea, lo cierto es que la mayoría de los países de la Unión Europa son más partidarios de esperar acontecimientos y de intensificar el diálogo y la diplomacia para rebajar la tensión política y alcanzar un acuerdo.
La presidenta de la Comisión Europea (UE), Ursula von der Leyen, anua hecho pública la propuesta de inyectar a Ucrania 1.200 millones de euros (unos 1.360 millones de dólares) a través de préstamos de emergencia y subvenciones que le ayudarían a “abordar sus necesidades financieras” debido a la crisis con Rusia, dijo Von der Leyen. En este sentido, mostró su confianza de que este paquete “sea adoptado (…) tan pronto como sea posible. En ese momento procederemos con el rápido desembolso de una primera cuota de 600 millones de euros”. Del mismo modo, expuso el acuerdo alcanzado con los países comunitarios. “Comenzaremos en breve a trabajar en un segundo y mayor programa de asistencia financiera para apoyar los esfuerzos de modernización en ese país”.
