Por Alejandro Villegas…
En los hechos, el gobierno de la 4T, en concreto el ciudadano presidente ha establecido una clara distancia de la explosión en San Pablo Xochimehuacan, Puebla, y los damnificados.
La presencia de las fuerzas federales del orden, se aprecia, pero ello en poco contribuirá a resarcir los daños.
Las más de 60 viviendas que serán demolidas ponen de manifiesto conductas anómalas del pasado, al permitir que fueran erigidas en una zona de alto riego, pero también la indiferencia del presente.
La 4T al momento no ha sugerido al menos facilidades para la reubicación de las familias afectadas o la reparación de las viviendas que viviendas que resultaron con daños moderados o de consideración, pero que aún son habitables.
La expresión que aseguraba que primero eran los pobres, en este caso, parece olvidada.
El hecho de que las viviendas se ubicarán en asentamientos irregulares, no es nuevo, y en los tres años que van tanto de la administración federal y lo que corresponde a la gestión estatal a cargo de Miguel Barbosa, poco o nada se hizo por remediar lo que hoy se esgrime como un claro argumento de deslinde.
Contra todo argumento, lo cierto es que la desgracia fue producto de una explosión en un ducto de Petróleos Mexicanos y en alguna medida la empresa gubernamental debería apoyar a los damnificados.
Sin embargo, al momento ninguna organización o asociación social han expresado su determinación de abogar por los afectados, para lograr un trato justo.
Si bien se brindan algunos apoyos por parte de instancias como el Sistema Estatal DIF y se proporciona albergue a quienes lo requiere, los pendientes sustanciales están lejanos de ser atendidos.
Además de que el gobierno estatal hace su parte para rehabilitar acceso y apoyar en la reparación de algunas viviendas, que no son pocas.
En resumen, ante la desgracia, la 4T y el ciudadano presidente se hacen presentes, pero marcan distancia de un evento que resulta poco favorable.
Frontera
A escasos cuatro días de que la reapertura de la frontera con Estados Unidos, la pretensión de que todas las vacunas aplicadas en México sean reconocidas para permitir el ingreso a ese país de los connacionales aún no se concreta.
