Por Alejandro Villegas…
El ciudadano presidente olvida sus tiempos como opositor, al criticar al frente opositor por acudir ante la Suprema Corte para cuestionar la legalidad de la consulta de revocación de mandato.
Con su critica, busca colocar en entredicho no solo a sus adversarios, si no el Estado de Derecho.
Y en paralelo, trata de ignorar la legitimidad que tiene su queja.
Bien haría en recordar la forma en que se condujo, durante sus largos años como opositor.
Busca victimizarse y exhibir a sus adversarios políticos, ante el pueblo bueno.
Y en el extremo afirma que incluso si el resultado de la consulta no es vinculante y le resulta adverso, estaría dispuesto a separarse del cargo.
En definitiva, el ciudadano presidente busca imponer su voluntad en el desarrollo de la vida nacional.
Y, por supuesto, de paso no espera siquiera a que el máximo tribunal se pronuncie sobre el particular al aceptar o rechazar la inconformidad, y en caso extremo emitir su veredicto final e inatacable.
Sin duda, el ciudadano presidente debiera ser más prudente y respetar las libertades y vías institucionales a que tiene derecho todo ciudadano, organismo o institución.
Justo como el lo hizo, en su momento.
Sembrando vida
El ciudadano presidente tendrá en breve la oportunidad de exhibir, ante el enviado de la administración Biden, los beneficios del Programa Sembrando Vida, lo que está aún lejos de concretarse en un apoyo a su pretensión de contar con el apoyo estadounidense para incrementar sus alcances en Centroamérica.
Ello, por más que insista, no pasa de ser un buen gesto, que se suma a la determinación final de que frontera con Estados Unidos se abra el 9 de noviembre y no el día 1 del mismo mes, como había anunciado el ciudadano presidente, quien debe entender que la administración Biden no es el pueblo bueno para ajustarse a pie juntillas a sus deseos.
