Por Alejandro Villegas…
El ataque con explosivos que recientemente privó de la vida a dos personas en Salamanca, Guanajuato, al parecer poco importa al ciudadano presidente o bien solo trata de desestimar su trascendencia, y con ello minimizar su impacto.
Más allá de señalar que era posible que la Fiscalía General de la República podría atraer el caso y que se castigaría a los culpables, por tratarse de una acción drástica, por decir lo menos, el ciudadano presidente debió ir a fondo.
La posesión y uso de explosivos, sin la autorización de la Sedena y autoridades correspondientes está prohibida y debe ser sancionada. Se trata de una esfera de competencia plena de la autoridad federal, por lo que la atracción del caso por parte de la Fiscalía General de la República debió darse de inmediato.
Y más cuando el ciudadano presidente señala que se trató de una acción orientada a sembrar el terror, obviamente entre la sociedad.
Pero en esencia, todo indica que la 4T, con el ciudadano presidente al frente lejos de encender los focos de alarma, prefiere desestimar el impacto del caso y en el mejor escenario manejarlo con bajo perfil.
Al igual que el tráfico y venta de armamento, que se aprecia lo mismo en redes sociales, que en territorio de estados como Michoacán.
Es claro que la problemática está ahí e incide de manera abierta en el escenario de inseguridad que prevalece en el país.
La realidad es que, así como el ciudadano presidente es dueño de su silencio, también decide de manera abierta, los temas cuyo impacto desestima, en aras de mantener una imagen favorable, lo que equivale en lenguaje llano a mirar para otro lado.
Vacuna Patria
Otro caso es el silencio que al momento prevalece en torno a la vacuna Patria, cuyo desarrollo en teoría se traduciría en un logro por demás significativo para la 4T y por supuesto para el ciudadano presidente.
Al momento, solo se ha señalado que se avanza en su desarrollo, pero no se ofrecen detalles, quizá a la espera del momento adecuado.
