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20 de abril de 2024 3:30 am
DE: Corrupción

DE: Corrupción

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Por Alejandro Villegas…


El llamado del ciudadano presidente a los gobernadores electos para que revisen las finanzas de las administraciones estatales que recibirán, se traduce en un nuevo intento por captar los reflectores y evidenciar el liderazgo nacional que se tiene desde Palacio Nacional.
En principio, el señalamiento no tiene razón de ser porque de manera obligada las cuentas públicas de todos los gobiernos estatales son revisadas por los congresos locales, al tiempo que en todo cambio de administración se revisan las condiciones en que se recibe la administración pública local.
El esquema de entrega-recepción, contempla una revisión obligada, por parte de quien recibe, como una medida de protección, ligada a la posibilidad de que se presenten, en su caso, las denuncias correspondientes. Por lo que la sugerencia del ciudadano presidente no tendría más cabida que aquella que cada destinatario le quiera conceder.
Pero lo verdaderamente trascendente en este caso, es la percepción de control de las gestiones estatales que trata de proyectar el ciudadano presidente, dejando de lado la autonomía de los gobiernos estatales, que si bien forman parte del pacto federal, lejos de operar bajo subordinación, acatando los lineamientos que les dictan desde Palacio Nacional, gozan de independencia en su desempeño, pero privilegian la coordinación.
Es claro que la mayoría de los gobiernos estatales que entrarán en funciones próximamente, como resultado de las elecciones del 6 de julio, al emanar de Morena pueden alinearse al dictado del ciudadano presidente, pero siempre será sano que se conserven las formas y el ejercicio del poder no se convierta en un espectáculo regresivo que recuerde la forma en la que se operó en el pasado, cuando el inquilino de Los Pinos gozaba de un poder absoluto que, incluso, le permitía quitar y poner gobernadores.
No cabe duda que el ciudadano presidente está obsesionado con dictar línea a diestra y siniestra en su afán de controlar todo lo que sucede en el país, pero sobretodo con sus críticas al pasado, en lugar de concentrarse en el presente.
Clases presenciales
El retorno a las aulas, mediante clases presenciales, no será generalizado. Ya son varios los estados, cuyos gobernadores han desestimado esa posibilidad, ante el comportamiento de la tercera ola de COVID-19.
En consecuencia, la expectativa del ciudadano presidente se verá afectada, pero primordialmente quienes habrán de modificar el esquema y proyectar la realidad serán las madres y los padres de familia, al decidir si envían o no a sus hijas e hijos a las aulas.
De concretarse un escenario negativo, el revés sería altamente representativo, y se traduciría junto con el resultado de la consulta popular del 1 de agosto, en un mensaje que no pueden ignorar la 4T en general y el ciudadano presidente, en particular.

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