Por Alejandro Villegas..
Los dos pendientes que el ciudadano presidente admite, de los 100 compromisos que enunció el 1 de diciembre de 2018, son un verdadero lastre para la 4T. De hecho, puede cumplir con la descentralización en mayor o menor medida, pero el caso Ayotzinapa, hasta donde se aprecia quedará sin resolverse.
Es sencillo suponer que durante lo que resta de 2021 y los dos años subsecuentes, el resto de las dependencias que deben migrar sus sedes centrales a los estados, como las Secretarías de Turismo y de Educación Pública, lo hagan en la medida de lo posible, para dar por cumplido el compromiso del ciudadano presidente.
Sin embargo, el esclarecimiento del caso Ayotzinapa, por más que se quiera ver en Tomás Zerón a una figura central para ello, la realidad es que se antoja más que complejo, cuando está por cumplirse la primera mitad del sexenio de la 4T.
Además de que hay dar por sentado que los primeros en sentirse satisfechos con las investigaciones y el resultado que arrojen, serán los familiares y amigos de los normalistas desaparecidos.
Si ese pequeño núcleo se resiste a dar por satisfecho su propósito el ciudadano presidente y la 4T, por más que den por cerrado el caso, habrán incumplido con ese compromiso.
En consecuencia, desde ahora, puede anticiparse que el caso Ayotzinapa será el gran pendiente del ciudadano presidente y la 4T.
Vacunación
A poco menos de cuarenta días del inicio del próximo ciclo escolar, la preocupación por la salud de los educandos que retornarán a clases presenciales, sin contar con la vacunación, subsiste en el ánimo social.
En tanto que la vacunación al momento entre los mayores de 18 años avanza lentamente, el comportamiento de la pandemia fortalece la percepción de que los contagios persisten y los cuidados que, en lo personal o familiar, pueda tener la ciudadanía se convierte en un elemento fundamental.
